Una medida positiva y que genera frutos fue el precio popular en la mayoría de las entradas para ver el Mundial Sub 20, lo que ha provocado un marco importante de público, sobre todo para ver a Chile.

La Rojita ha tenido estadio lleno en sus dos compromisos por fase de grupos, llamando la atención el interés del hincha, que bien alicaído estaba luego de sufrir en las Eliminatorias con la Selección Adulta.

Pero como hay aspectos destacables, también hay negativos. Y uno bastante bochornoso ha sido la organización en las tribunas del Estadio Nacional.

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Pese a que los tickets adquiridos por los hinchas son numerados, sin importar el sector del recinto, lo cierto es que este aspecto no ha estado a la altura a la hora de poder asegurar el asiento de cada asistente en un evento tan importante como una Copa del Mundo Juvenil.

El bochorno en las tribunas del Nacional

En el duelo con Japón de este martes 30 de septiembre, la organización hizo agua a la hora de asegurarle su asiento a toda la gente que llegó al reducto de Ñuñoa, pese a tener entradas numeradas.

En Cancha pudo ver cómo los voluntarios, guardias o acomodadores brillaban por su ausencia en las tribunas del partido de La Roja Sub 20, dejando desamparados a una buena parte de los hinchas que no entendían dónde debían sentarse ante la prácticamente nula indicación en el estadio ni la ayuda del personal.

Solo un cartel con el mapa del recinto, de no más de un metro de largo y ancho, ubicado en la entrada por Pedro de Valdivia, con una guardia que intentaba explicarlo a los que se percataban de este, era lo único que guiaba de alguna manera a los que fueron llegando al encuentro.

Al jugarse a estadio lleno, era clave que se respetaran las ubicaciones para que todos tuvieran dónde sentarse sin inconvenientes. (Foto: Photosport)
Estadio NacionalAl jugarse a estadio lleno, era clave que se respetaran las ubicaciones para que todos tuvieran dónde sentarse sin inconvenientes. (Foto: Photosport)

Esto porque, pese a que en cada ticket estaba la información de la fila y número de asiento, no se indicaba la puerta por dónde se debía ingresar, provocando que cientos de personas se ubicaran erróneamente en butacas que no eran las suyas.

Salvo la ayuda de un par de guardias o voluntarios en algunas puertas, pero con cero control sobre quién entraba a cada sector, se volvió una odisea encontrar el asiento para una buena parte de hinchas, sobre todo adultos mayores o quienes no eran habituales del estadio.

En el sector de Galería Sur, por ejemplo, no fue hasta cerca del minuto 20 de partido que todos lograron encontrar su ubicación, pero de igual manera con varias personas paradas en los accesos o algunos incluso sentados en las escaleras.

La tendencia en las tribunas se repitió para varias familias: llegar y encontrarse con gente sentada en su ubicación; o peor, muchos no encontrando dónde era su asiento ante la poca información en los accesos. Los pequeños números en las sillas tampoco ayudaban mucho para hacerlo más expedito.

Los más futboleros también andaban perdidos, al no estar acostumbrados a que la galería tenga asientos numerados. Sin un control adecuado de la organización y vía libre para sentarse en cualquier lugar o sector, se terminó perjudicando a los hinchas que sí respetaban la medida.

Materia pendiente para la organización de la Copa del Mundo Sub 20 de la FIFA en Chile, que pese al interés masivo de voluntarios que postularon, sumado a lo que implica albergar un torneo como este, no hubo mucho interés en resguardar la experiencia estadio del público chileno, al menos para ver a La Roja en el Nacional.

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