
Durante la jornada de este jueves 18 de febrero se dio a conocer una importante transacción que tiene directa relación con el mundo de los videojuegos. Esto porque el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita (PIF), liderado por el príncipe heredero Mohammed bin Salman, adquirió 3.300 millones de dólares en acciones de EA Sports, Take-Two y Activision.
Eso sí, el interés de esta empresa por los videojuegos no es novedad, puesto que a finales del año 2020 adquirió el 33% de SNK y su intención, en un futuro cercano, es ser el accionista mayoritario de la desarrolladora de títulos como Metal Slug, The King of Fighters, Fatal Fury, entre otros.
Yéndonos a los números, el grupo saudí invirtió 1300 millones de dólares en Activision, cuyo monto equivale al 3,5% de las acciones totales de la compañía desarrolladora de Call of Duty. Por otro lado, en EA Sports desembolsó mil millones (2,6%) y 825 millones de la moneda norteamericana en Take-Two, editora del GTA.
La intención de Mohammed bin Salman es llevar a cabo la estrategia Saudi Vision 2030, cuyo programa pretende que el país de Asia Occidental deje de depender del petróleo y ponga énfasis en el turismo y las compañías tecnológicas (como es el caso de la industria de los videojuegos).
Para finalizar, la exorbitante inversión del PIF tiene en el ojo del huracán a Salma, ya que el heredero de Arabia Saudita es acusado de ordenar el asesinato del periodista Jamal Khashoggi del Washington Post y no solo eso, pues también ha recibido constantes acusaciones de violaciones a los derechos humanos en esa parte del continente.