Entrevistas

La mirada política de Jordi Castell y su crítica visión de Pamela Jiles: "Yo de payasos prefiero que hablen los que saben"

El fotógrafo y conductor de TV, quien hoy está radicado en la Isla Grande de Chiloé, entra al debate político y reconoce su desesperanza con todo lo que vive el país.

"Estoy por acá", dice Jordi Castell y gira la cámara para mostrar una maravilla: muchos árboles, cielo despejado y mar. Como si fuera una postal. "Estoy en la Isla Grande de Chiloé. La pandemia nos pilló acá con mi marido, mi perro y mi gata, que acabamos de adoptar, y preferimos quedarnos", agrega con genuina alegría.

Jordi Castell, quien en su Instagram se define como "comunicador, fotógrafo, escorpión y creador de contenidos digitales", analiza al país. Su presente. Y expone, sin crudeza, su mirada política. Empieza hablando del proceso constituyente. "No espero mucho, tengo un punto de vista un poco pesimista", reconoce.

"Creo que la crisis que tuvimos no tuvo que  ver con el estallido social que tuvimos el 18 de octubre de 2019. Hay una decadencia ideológica, principalmente, de quienes nos representan en el Congreso, por una estructura política que está obsoleta. Pero además está tan permisivo el escenario político, el escenario mediático. Siento que los programas de televisión, y esto es con respeto, están haciendo un festín de esta decadencia. Esto de que haya un matinal bien evaluado porque los animadores tienen todo el día a diputados y gente de política en su panel... o sea, están fomentando lo que yo estoy criticando. Esa gente debería estar en el Congreso trabajando y no en la televisión haciendo básicamente campaña. Pero más allá de eso, hay una forma que se está abordando el tema de la visibilización de ciertos candidatos de extrema derecha o extrema izquierda donde todo termina siendo un espectáculo, y claro, por eso se hace tan atractivo verlo. Entonces, si me preguntas a mí, toda esa gente que salió a la calle el 18 de octubre a quemar la ciudad, a pedir mejoras, y en dos meses eso se acabó porque le ofrecieron un plebiscito que está más arreglado que bigote de peluquero. Es absurdo. Es ridículo", asegura.

-¿Votarás en mayo?

"Debiera votar, pero primero debo ver si quiero volver a Santiago. La verdad es que me preocupa la salud mental de la ciudad de Santiago, me preocupa como la gente es vulnerable y la falta de regulación que hay con eso. De partida, la irresponsabilidad  de los medios de comunicación masiva de cómo engatusan, aplastan, ensucian y contaminan a la gente y no la informa sino que la desinforma. Veo todo bastante negro y no me gusta lo que veo. Me gusta la política y me crié en una familia en que se hablaba de política, pero siento que esto es un espectáculo de la peor calaña. No hay ideales aquí. Hay gente que votó rechazo y ahora está de candidato a constituyente, ¿me entiendes? ¿Cómo se permite eso?".

-Entonces, ¿qué hacemos el 15 y 16 de mayo?

"Yo llamaría a no votar"

-¿En serio?

"Y llamaría a un verdadero estallido porque lo del 18 de octubre no me parece consistente. Creo que no se consiguió nada. Los mismos pelafustanes por los que se fue a pedir que se fueran, no se han ido, siguen ahí, haciendo lero lero. Insisto, a los 60 días de un estallido se armó una figura de un plebiscito y la gente que votó rechazo ahora va de candidato a una nueva Constitución, ¿tú me estás hueviando? Y estamos permitiendo eso, dándole tribuna a esa gente. Esto es un circo, es una majamama que no va a ninguna parte y quiénes van a ser los más dañados. Por supuesto, la clase obrera, los más débiles, los más vulnerables".

-Entonces, ¿cómo encauzamos este estallido?

"Yo estoy esperando el estallido en serio. Lo que hubo hace un año fue un voladero de luces. De partida, no hubo nunca un líder. Quisiera saber dónde está alguien que organizó esto, que diga 'vamos a salir a la calle y vamos a pedir que la educación sea de una forma, que la salud sea de otra, que el tema de las AFP se resuelva". Qué es esta ordinariez de mandar al tribunal constitucional el tercer retiro y todo el mundo se queda en sus casas. ¡¡¡Salgan a quemar la ciudad!!! No puede ser que esto siga así. Es ridículo, es absurdo. No lo digo por mí, tengo la fortuna de no necesitar el tercer retiro, pero te hablo de un país que está encerrado, pobre. Nosotros  nos juramos en vías de desarrollo, pero nos dimos cuenta de que este país es pobre con el estallido y la primera pandemia. Entonces, seguimos en esta rueda, como los ratones de laboratorio, en que estamos todos poniéndonos a prueba y nadie hace nada, nadie dice nada. Estamos como drogándonos con algo para que no nos venga la pataleta".

-Para no ver la realidad...

"Claro, la verdadera pataleta no ha venido todavía y no sé si va a a venir. Claro, los más Frente Amplio, los más de la izquierda extrema, los comunistas -el comunismo  es harina de otro costal- se subieron al carro, les convenía. Pero cuéntame una cosa: todos ellos, ¿organizaron algo? Intelectualmente, del estallido, no hicieron nada. No te parece sospechoso que el comunismo no ha dado resultado en ningún país y, sin embargo, en Chile existe un partido y existe un candidato, que es uno de los que va liderando las encuestas. Entonces estamos muy cagados. Hay algo que va más allá de los ideales y que tiene que ver con gente aletargada, adormecida y a mí me da pena. Prefiero arrancar y no involucrarme, pero encuentro que es bien decadente".

-¿Y qué opinas de Pamela Jiles?

"Es que yo de payasos prefiero que hablen los que saben. No voy a hablar de una persona que no me merece ningún respeto político".

Jordi Castell baja la marcha cuando reflexiona sobre la posibilidad de dedicarse a la política. "Me gusta la política. Soy un ciudadano que vota, que paga impuestos y me interesa, pero hay gente muchos más capacitada y preparada que yo. No tengo problemas en ser la cara visible de ideas y proyectos con los que se construye un país más integrado, más inclusivo, de mejor calidad para los que no tienen voz o herramientas. Yo las tengo y soy un agradecido de tenerlas todos los días de mi vida. Pero no, de verdad no. Si el día de mañana hubiera un presidente que me invita a colaborar en áreas donde yo me pueda desenvolver bien, ahí sí. Pero no me relaciono desde el ego, soy lo menos autorreferente que hay, y meterme al escenario político de hoy, donde hay un espectáculo de egocentrismo nefasto, no".

-¿Y si te llama el presidente Sebastián Piñera?

"No. Si me llamara, no le contestaría ni el teléfono al Presidente. Creo que las negligencias que ha cometido me dan vergüenza ajena porque a un pueblo indefenso no se le trata de esta forma".

-Lo último, ¿con qué sensación te quedas en el alma con lo que pasa en el país?

"De mucha impotencia, pero, por otro lado, trabajo en comunicaciones, hago dos lives diarios en Instagram ("Dosis diaria") y entrevisto a candidatos a constituyente. Ahora voy a entrevistar a un candidato de 30 años, que vive en Palena, ¿puedes creerlo? Palena, región de los Lagos, se llega solo por ferry. Un cabro que vive con su novio, son los únicos doctores que hay en el (Centro de Salud Familiar) de Palena. ¿Cómo no va a ser atractivo hablar con esos cabros? Más encima son generaciones nuevas que se involucran en política. Esa es la política que a mí me importa. Y si puedo ser un puente y visibilizarlo con un discurso que es de un Chile nuevo, fresco, limpio, claro, ahí trabajo en política. Es conveniente porque nos hace bien escuchar cómo la gente se esfuerza por construir. Como comunicador quizás hago lo que puedo, dándole tribuna a gente que tiene valores similares a los míos. No podría invitar a la Marcela Cubillos, tú me entenderás. Tengo 54 años y tengo que ver mis intereses. Yo ya estoy en retirada y que el país lo armen los jóvenes. No sé si me interesa desangrarme por algo que debió haberlo hecho gente por la que voté y no lo hizo. y esos fueron los de la Concertación".

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