
"Me toca brindar una información triste y desgarradora para todo un país que guardaba la esperanza", comenzó diciendo Amaro Gómez-Pablos hace casi diez años atrás. El periodista se encontraba en Juan Fernández y fue el encargado de informar, en despacho para el noticiero central de TVN -a cargo de Mauricio Bustamante y Consuelo Saavedra-, que "los 21 pasajeros del CASA murieron instantáneamente apenas impactaron el mar".
Una triste información que golpeó a Chile y, en especial, a TVN, ya que en el vuelo siniestrado iban Felipe Camiroaga y Roberto Bruce, quienes lideraban un equipo de "Buenos días a todos".
A una década del trágico accidente, Amaro Gómez-Pablos conversó con TiempoX, en exclusiva, sobre aquel triste día y la responsabilidad que tuvo que asumir de dar a conocer la noticia que sus compañeros de que ya no había esperanza de encontrar a sus compañeros de canal con vida.
-Te tocó dar al aire la dura noticia de que no había sobrevivientes. ¿Recuerdas cómo te preparaste para ese momento?
-Todo Chile estaba desplomado con la noticia, había gran congoja y pena… y me incluyo. También existía una falsa esperanza de que pudieran estar vivos, como si de un milagro se tratase, y yo sabía que la información que iba a dar echaba por tierra aquello. ¿Cómo me preparé? Pensando en las familias de las víctimas. El desafío era ser muy claro y extremar la sensibilidad. Nada fácil en ese momento. Por eso dije al aire que el consuelo era que no sufrieron. La misma brutalidad del accidente ofrecía el solo alivio de que todo fue fulminante.
-¿Cuánto tiempo pasó entre la confirmación de esa noticia y salir al aire?
-Entre la confirmación y salir al aire deben haber transcurrido unos 45 minutos o así. Quisimos esperar la edición del noticiero central para entregar la noticia con la propiedad y el decoro que requería.
-¿Recuerdas si se informó antes a Consuelo Saavedra y Mauricio Bustamante? ¿Hubo un trabajo antes de dar la noticia?
-No… no lo creo. Porque las comunicaciones con Santiago eran difíciles. A ellos les pilló por sorpresa, y eso explica la emotividad del momento.
-¿Cómo lidiaste con la directa carga emocional que tenía la tragedia a la hora de informar, teniendo en cuenta que fallecieron colegas haciendo su trabajo?
-La carga emocional fue durísima, pero, para mí, marchar a Juan Fernández y atender la tragedia fue un acto de amor y cariño a mis compañeros. Sé trabajar en situaciones adversas y quise dar lo mejor de mí como demostración de mi inmenso cariño. Y podría decir lo mismo de mis compañeros camarógrafos. Para todos los de TVN que estuvimos en la isla, fue un apostolado. Nuestro trabajo era nuestra ofrenda, nuestra caricia y nuestra despedida. Así fue.
-¿Es uno de los momentos más duros que te ha tocado despachar en vivo?
-Ese despacho en vivo fue muy duro… pero lo que vino después, también. Los restos hallados. "¿Qué hago?", recuerdo que me decía Andrés Allamand en privado. "Tengo solo una extremidad del cuerpo. ¿Se la mando a la familia para su digna sepultura, o espero?". Esos fueron los dilemas. Y cabe recordar que se trata de un ministro de Defensa que había perdido a su cuñado en el accidente. Cuando pienso en Juan Fernández creo que perdimos a mucha de nuestra mejor gente a nivel país. No hablo solo de TVN y no exagero. El denominador común de ese avión es que estaba repleto de personas de entrega, hombres y mujeres que perfectamente podrían haber faltado a ese compromiso con Juan Fernández, pero su vocación era mayor. Todos ellos muy, muy honorables y de gran corazón. Para mí marca un antes y un después.