La experiencia al límite que vivió Jorge Zabaleta buceando en Tailandia

El pasado miércoles se emitió un nuevo capítulo de 'Socios', programa conducido por Pancho Saavedra a través de Instagram Live. En esta oportunidad, el invitado fue el actor Jorge Zabaleta, quien contó su extrema experiencia buceando en Tailandia, mientras exploraba unas cavernas subacuáticas, en Phi Phi Island.

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"Me fui a Tailandia a bucear y me encuentro allá con un buzo, un guía chileno, muy buena onda. Yo ya salía en la tele. Y me dice '¡Jorge, Jorge!', y yo 'ya, ¿quién me conoce?'. Imagínate, en Phi Phi Island y yo, chileno, chileno", comenzó narrando el actor.

A continuación, contó que el buzo después de conversar un rato, le dijo: "Mira, juntémonos acá y vamos a ir a bucear a una caverna". Y así fue como coordinaron para el día siguiente.

Especialista en cavernas 

En el lugar acordado se encontraron con una persona más, un 'gringo' que el buzo chileno había conocido. "Bajamos en el mar y encontramos una caverna del agua y esa caverna conectaba con una especie de isla. Cuando entrabas a la isla podías recorrerla caminando por dentro, algo espectacular", contó Zabaleta.

El actor, además señaló que su especialidad en buceo la hizo justamente en cavernas, y que hay una regla importante, la 'de los tres tercios'. "Tu tanque de aire tiene 3 mil libras. Tú tienes mil libras para entrar y mil libras para salir, y mil libras de emergencia. O sea, si tienes 3 mil libras para entrar, vas viendo con tu manómetro y vas entrando, entrando, entrando. Y cuando llegas a las mil libras, y no has llegado donde tienes que llegar, te tienes que devolver", explicó.

Continuó contando que eran 26 metros de profundidad y entre medio habían rocas. "De repente hay una parte de la caverna donde se cae una roca. Teníamos que desarmar, sacarnos el equipo, pasarlo, pasar nosotros, después ponerte el equipo de nuevo y seguir", indicó.

Finalmente, contó que decidieron realizar el procedimiento y en eso perdieron harto tiempo y aire.

A la mitad

"Yo siempre cuento historias divertidas, pero esta historia es media trágica", advirtió. "Después de la roca, seguía un camino a pie, con unas escaleritas. Ya nos habíamos gastado más de la mitad de la botella de aire. Nos quedaba muy poco para salir", continuó relatando.

Luego, el actor contó que vino el problema principal y lo que los retrasó mas. Cuando volvieron a las rocas y tenían que volver a hacer el procedimiento, el 'gringo' se empezó a desesperar, pero no podían abandonarlo. "Si lo dejábamos al otro lado, el 'weon' se moría", dijo. Además, el problema fue cuando miró el manómetro, a él le quedaban 500 y al gringo 200, que es muy poco, explicó.

"El gringo se desespera y empieza a patalear, cuando patalea levanta todo el sedimento, esas nubes de tierra de cuando los camiones pasan. Nunca más vi nada, ni a mi amigo, ni al gringo, nada nada", contó.

Lo peor estaba por venir

Jorge en ese momento ya no veía nada, y se encontraba sólo, en medio del mar y con poco aire. "Si tu compañero tiene problemas, tú finalmente tienes que dejarlo y sobrevivir tú. Es súper cabrón", explicó sobre el deporte.

"Andábamos con unas linternas, me las pegaba en la máscara y recién ahí veía la luz. No veía nada, quedé botado. Solo sabía que me quedaban poco menos de 500 libras de aire", narró.

Jorge Zabaleta usó todos sus conocimientos para hacer rendir lo mas posible el poco aire que le quedaba. Además, tuvo que controlar su respiración y tratar de no entrar en pánico ni asustarse, porque se le podría acabar mucho más rápido el aire. "Ahí te mueres y te quedaste ahí", dijo. Ante la trágica situación, lo único que pensó fue: "Aquí cagué, porque si no me encuentra alguien, debo hacer que esto dure lo máximo posible", afirmó.

"Cada respiración era una suerte"

Según el actor, ya en ese punto sin ver nada, no sabía cuánto aire le quedaba. Lo que sí tenía claro, es que en cualquier minuto se iba a quedar sin aire. "Dije, me voy a fondo, cuando cacho que el 'weon' no llegaba, no llegaba nadie. No podíamos morir todos, alguien se tiene que salvar... entonces si me tenían que dejar ahí, me iban a dejar", explicó.

Cuando ya habían pasado cuatro minutos y se dio cuenta que el amigo no iba a volver por él, comenzó a revisar a su alrededor. Ahí encontró una piedra: "Tú sacas una cuerda y te amarras, como te anclas. Te amarras para que después encuentren en cuerpo", dijo. "Te juro que nunca había pasado más terror en mi vida. Yo dije, aquí 'cagué', aquí me quedé y me voy a morir", sostuvo.

Cuando llegó al fondo, donde no veía nada, "cada respiración era una suerte", dijo. Finalmente, para su suerte, el instructor lo encontró y logró sacarlo del fondo. "Me agarra la mano, me pasa una cuerda y me empieza a sacar, porque había puesto una cuerda afuera", explicó. "Llegué al final sin aire, salimos como una boya para arriba, jugándola toda... A ese 'weon' le debo la vida", finalizó.

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