El pasado 22 de abril, Carla Zunino sorprendió a todos, anunciando que dio a luz al pequeño León, hijo, también, del ingeniero, Sebastián Donoso. "Gracias a Dios y a la vida por este regalo... Bienvenido León, amor de vida", posteó la actiz en Instagram, junto a una foto de sus pequeñas manitos.
La periodista de TVN, en entrevista con Las Últimas Noticias, contó que su hijo nació en muy buenas condiciones, detallando que pesó dos kilos y 400 gramos y midió 48,5 centímetros. "Por suerte llegó súper sano y vigoroso, como un leoncito. Afortunadamente, ha estado súper buena la toma de leche. Empezó súper bien... me pide 'papa' cada dos horas", relató.
Carla Zunino explicó que, al igual que cuando tuvo a su hijo Facundo, la experiencia del parto estuvo rodeada de la emoción y de lágrimas.
"Pensé que con la experiencia de un primer parto, iba a ser menos arrollador el momento, en términos de la emoción y el llanto. Pero fue igual de emotivo que lo que experimenté con un primer hijo. Es un momento de muchos sentimientos encontrados, uno siente mucha ansiedad, mucha emoción y también, mucho susto, porque te ponen anestesia, te abren la guata... es un cúmulo de sensaciones que provocaron, al igual que mi vez anterior, que llorara mucho. Eran muchas emociones", dijo.
La emoción de Carla Zunino en el parto
La comunicadora especificó que cuando sintió a León llorar, se asomó toda esa "tranquilidad que te dice que todo está bien". "Fue súper emocionante, inolvidable. Pero este es un llanto muy diferente. Es atroz. No logro contenerlo. No podía parar. Es un llanto que me sobrepasa. Me pasó con Facundo también", contó.
El llanto, a veces, ha generado impacto hasta en los doctores. Carla Zunino recordó que cuando dio a luz a Facundo, el médico le preguntaba si acaso estaba bien o le dolía algo. "Yo lloro, porque es una emoción muy grande, de amor... yo igual me emociono en la vida, pero no hay nada como esto. Pienso que esto es lo más emocionante que puede movilizarme en la vida", sostuvo.
Tras 10 minutos de haber dado a luz a León, el llanto comenzó a disminuir en su intensidad. "Sientes que en cualquier momento van a sacar a tu hijo. Entonces, ahí se me empieza a acelerar el corazón. Esa ansiedad de decir en qué minuto lo escucho llorar. Y después se me pasa eso, viene la tranquilidad, la felicidad. Y el llanto se convierte en uno movilizado por el amor. Es un llanto de amor por el hijo", finalizó.
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