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Quién es Cristián del Campo, sacerdote jesuita e hijo de Gloria Simonetti

En 2013 asumió el cargo de provincial Jesuita en Chile.

Cristián del Campo, además de ser el único hijo de la cantante Gloria Simonetti, es también sacerdote jesuita y exprovincial de la congregación en Chile.

Y fue durante un capítulo de "Tú a Tú", que la cantante reveló cómo se enteró que su hijo se convertiría en cura y cuál fue su reacción en ese momento.

"Fue violento, porque era mi único hijo", señaló la artista, para luego confesar cómo fue que se enteró que recorrería el camino del Señor: "Era ingeniero comercial, se fue a estudiar afuera incluso".

"Y antes que se fuera al seminario, me encontré con dos amigos de él, y uno de ellos era Raimundo Tupper, y me contaron que viajaban a Estados Unidos. Él no me había dicho nada. Yo le estaba cortando el pelo y le cuento de este encuentro y me dice, que no viajaba para allá, y que se iba al seminario", relató Gloria Simonetti.

¿Quién es Cristián del Campo?

Cristián del Campo, el hijo de Gloria Simonetti con su exesposo Cristián del Campo, nació el 4 de septiembre de 1970 en Santiago.

Y según indica el sitio web Iglesia, cursó sus estudios básicos y de enseñanza media en el Colegio San Ignacio El Bosque y se tituló de Ingeniero comercial en la Pontificia Universidad Católica de Santiago.

Años más tarde habría realizado sus estudios de filosofía y teología en la facultad de teología de la Pontificia Universidad Católica de Santiago, obteniendo su Licencia en Teología en Boston College (Estados Unidos).

También estudió un master en administración de empresas en Boston College y uno de sus cargos más importantes llegó en 2013 luego de asumir como provincial Jesuita en Chile

Respecto a la relación que mantiene con su madre Gloria Simonetti, la artista también reveló en el programa antes señalado que la decisión que tomo su hijo de querer ser sacerdote la sorprendió porque “nunca lo vi venir, yo creo que la vocación la tenía de antes, pero quería terminar su carrera para que no me viniera un infarto. Lo hizo bien”.

“Después salió y me quedé en un bote remando de tanta lágrima que había derramado. Fue difícil pero al final de cuenta te entregas porque lo que más quieres es ver a tus hijos felices”, aclaró.

Finalmente, recordó un episodio cuando tuvo que ir a despedir a su hijo: “Lo fui a dejar al seminario y nos pasan a los padres a una sala y teníamos que decir unas palabras, y yo lloré y no pude dar mi discurso”.

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