En la madrugada del domingo 11 de mayo, un sujeto de 20 años ingresó a la fuerza al domicilio de Daniela Aránguiz ubicado en La Dehesa. La opinóloga se encontraba junto a sus dos hijos cuando el acusado forzó la reja de acceso y permaneció casi dos horas en el inmueble.
“En la madrugada escuché que estaban forzando la ventana, la estaban manipulando, entonces lo primero que atiné fue meterme a la pieza de mi hijo (Jorge de 15 años) con mi otra hija (Agustina de 17), encerrarnos, y llamar al conserje del condominio y a Carabineros”, partió relatando.
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Daniela Aránguiz contó detalles de la irrupción que vivió en su casa
En conversación con LUN, la opinóloga reveló que cuando Carabineros llegó a su casa, y vieron las cámaras de seguridad, se dieron cuenta de todo el modus operandi del sujeto.
“No sé cómo abrió la reja de mi casa. Por las cámaras se ve que no estaba en un estado consciente, sino que puedo pensar, porque tampoco puedo asegurar, que no estaba en sus cinco sentidos. Cuando llegan los guardias con un carabinero, empiezan a alumbrar con las linternas y él sale por un pasillo que tengo al lado de mi casa. Empieza a levantar las manos y a decir ‘me equivoqué de casa’”, relató.
Daniela Aránguiz quiso ser cauta en su relato debido a que el acusado es un vecino de su condominio, y aunque intentó creer su versión de los hechos, hay muchas que no le hacen sentido.
“Cuando uno se equivoca de casa, no fuerza la puerta para entrar. Ahí me puse a discutir con él y el guardia dice que es un vecino de tres casas más allá, un cabro que tiene 20 años. Prefiero dejar el beneficio de la duda de que quizás estaba muy borrado y se equivocó de casa, pero cuando salió de la mía sabía perfecto donde era su casa. De igual manera, el susto no me lo va a quitar nadie, sobre todo a mis hijos”, añadió.
“La mamá (del acusado) quería hablar conmigo, después se volvió media loca a gritar tonteras. Eso fue lo más incómodo de lo que pasó después, porque en vez de ella ponerse en mi lugar y en el de mi familia y ofrecer disculpas, no asumió la responsabilidad, aunque estamos hablando de un mayor de edad. No sabemos realmente lo que pasó, pero sí fue heavy, asustador, porque el cabro entró a las tres de la mañana y a las cinco recién escuché que estaban forzando la ventana. Estuvo dos horas en mi casa. Además, entró y se sacó las zapatillas ¿Para qué? Para que no te escuchen, por lo menos en mi cabeza entiendo eso. Quizás estoy equivocada”, cerró.