“Me arruinó la vida”: El crudo relato con que Juan Pedro rompió en llanto en Mundos Opuestos

Durante el último episodio del reality, el uruguayo recordó el tormento que sufrió tras la filtración de fotos de Karen Paola en 2018.

Juan Pedro abrió su corazón en Mundos Opuestos. (Captura: Canal 13)

Juan Pedro Verdier emocionó tanto a sus compañeros de Mundos Opuestos como también a los televidentes con una cruda confesión relacionada con uno de los momentos más duros que le ha tocado vivir, tanto a él como a su expareja, Karen Paola.

El uruguayo se refirió al hackeo y filtración de fotos íntimas de la exMekano en 2018, algo que le generó duras consecuencias para su salud mental desde el momento en que comenzó a ser extorsionado por un desconocido que lo amenazó con revelar el material.

El uruguayo abrió su corazón respecto a uno de sus peores momentos en la vida.
Karen Paola y Juan Pedro VerdierEl uruguayo abrió su corazón respecto a uno de sus peores momentos en la vida.

El instante en que todo cambió

Según sus palabras, todo comenzó cuando la bailarina fue a arreglar su celular a un servicio técnico. Un día después, comenzó a ocurrir el chantajeo, por lo que Juan Pedro tomó cartas en el asunto.

“Fui al local en la mañana y cuando lo abrieron me metí detrás del tipo y lo encerré en la oficina y tiré todo al piso. Le dije que se acababa la joda, que no se hiciera el pelotudo”, comenzó diciendo.

Finalmente, tras contratar un investigador, se dieron cuenta de que un desconocido fue quien realmente había hackeado el celular de Karen Paola. Él pasó cinco días preso, pero fue liberado por no ser un peligro para la sociedad. Esto, según Juan Pedro, “me arruinó la vida”.

Mi dolor era no haber podido cuidar a mi familia. A mi hijo le decían en el colegio que iban a compartir el material. Y en la tele todos los animadores se ponían la camiseta de que era muy terrible que pasara, pero lo mostraban igual, y generaban el rating que querían. Y yo iba al supermercado y en la fila se hacían gestos al mirar a mi pareja, entonces yo los pescaba y los zamarreaba frente a todos”, continuó.

“Estuve dos años destruido, me lo pasé sentado, no me podía ni parar, me quedé sin trabajo. Me autoagredí varias veces. Un día me vio mi pareja haciéndolo y me llevaron a internar”, finalizó entre lágrimas.