
El Betis juega este fin de semana un partido clave en La Liga, enfrentando al Villarreal en un duelo donde se jugarán el tercer lugar en la tabla de posiciones, puesto que da cupo a Champions League.
Pero fuera de la cancha, uno de los pupilos de Manuel Pellegrini tuvo que salir a declarar por motivos no futbolísticos. Aunque no se crea, debió salir al paso de los constantes rumores que existen sobre su orientación sexual.
“No soy gay, pero si lo fuera, no pasaría nada”, señaló este jueves Aítor Ruibal, polivalente jugador al que el Ingeniero ha hecho actuar en varios puestos, aunque su función primordial es como lateral izquierdo.
¿Por qué estos comentarios? Simplemente por una cosa de “estilo”, ya que suele vestirse con ropa bastante llamativa, y exhibir peinados y cortes de pelo con mucha producción.
“Hay mucha gente que tiene miedo a ser como es y no lo es por ser futbolista”, agregó en diálogo con el programa Jugones. “El fútbol está tan masculinizado que llevar algo diferente sorprende mucho”.

A veces, Ruibal ha llegado a las prácticas de los Heliopolitanos con las uñas pintadas, o con un bolso bajo el brazo. ¿Quién está detrás de esta decisión estilística? Nada menos que su esposa, quien asegura le da todo el margen para expresarse estilísticamente como se le ocurra.

Formado en el Cornellá, Ruibal llegó al Betis en 2016, subiendo dos años después al primer equipo, aunque pasó varias campañas a préstamo. Eso hasta que llegó Pellegrini al club, quien lo situó como una de sus piezas claves.
En su sexta temporada con el Ingeniero, ya lleva 176 partidos jugados, con 11 goles anotados.