
En México jugaban los Leones Negros contra el Atlante, elenco de Ramiro Costa, exjugador de la UC, y una insólita y absurda jugada terminó por abrir el marcador. El otrora atacante "cruzado" fue a cabecear un balón y sin querer derribó a un compañero al minuto 9. ¿Qué hizo el árbitro? De manera increíble, pitó penal. Para colmo, el mismo Costa transformó el extraño cobro en gol.