Un momento curioso, y potencialmente peligroso, se vivió este sábado en La Liga de España. Se disputaba el partido entre Rayo Vallecano y Cádiz bajo difíciles condiciones climáticas cuando el árbitro decidió suspender el juego ante una severa lluvia y granizo que comenzó a caer sobre el Estadio de Vallecas, en Madrid. Los jugadores partieron rápidamente a camarines y no volvieron sino hasta 12 minutos después, tiempo que se terminó recuperando en los descuentos. Al final fue empate uno a uno, aunque el rápido actuar del juez previno cualquier potencial tragedia.