Fue sin duda una de las finales más bizarras en la historia del tenis. Valentin Vacherot (204°) le ganó el título del Masters 1000 de Shanghái a su primo, Arthur Rinderknech (54°). Un duelo que nadie vio venir y que rompió varias marcas, sobre todo por el título del monegasco, que venía de la qualy y jamás había logrado una corona profesional en el circuito.
Tras el partido, vino la tradicional ceremonia de premiación, donde los parientes no pudieron contener la emoción. No solo por lo vivido durante dos semanas en China, sino también recordando sus comienzos y, como, contra todos los pronósticos, al menos por un día estuvieron juntos en la cima del planeta tenis.