Costó, pero se dio. Brayan Cortés dejó Colo Colo y se fue a Peñarol, en un traspaso entre clubes que bien puede asemejarse a una teleserie de los 2000, con un sinfín de giros y una trama que parecía interminable.
Pero ya está. El portero chileno ahora pertenece a los registros del Manya y justamente ya se encuentra integrado a la disciplina de uno de los clubes más poderosos y tradicionales de Sudamérica, que ostenta en sus vitrinas nada más y nada menos que cinco Copas Libertadores.
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Eso sí, al que dejó algo metido este movimiento en el mercado fue a Óscar Wirth, histórico portero del fútbol chileno. El también exguardameta de Colo Colo en 1979 cree que aquí hubo una cosa rara.
“Ese traspaso es un claro manejo de empresarios. Ya los jugadores no son capaces de manejarse por sí mismos. Le entregan sus carreras a los representantes y son ellos los que hacen y deshacen”, le dice de entrada a En Cancha.
Luego, Wirth pone un manto de duda sobre la llegada del Indio al conjunto charrúa: “Es inexplicable, porque el rendimiento que ha tenido Brayan es, probablemente, el más bajo de su carrera... ¿Y se va a Peñarol? ¿Cómo se entiende eso? Yo sé que es una movida de representante, ellos meten la mano en todo".

“Antes no era tan fácil llegar y salir a un club de la envergadura de Peñarol, primero porque Uruguay no permitía que llegase cualquier jugador, y después porque el club tenía otro peso. ¿Cómo se llega al extremo de llevarse a un jugador de Chile y que más encima no está ni jugando?“, cuestiona con firmeza.
“Peñarol más encima tiene competencia internacional, entonces yo no le encuentro sentido, porque si tú me dijeras a mí que Brayan ha tenido un rendimiento extraordinario, yo le encontraría una razón de ser, pero no es el caso”, añade.
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“Brayan Cortés no es el arquero del futuro”
Y Wirth cierra con un durísimo argumento, que echa por tierra las esperanzas de quienes crean que Cortés pueda ser el amo definitivo del arco de la Selección Chilena de ahora en adelante.
“¿Arquero del futuro? No, si ya tiene 30 años. Está bien que los porteros ahora jueguen hasta una edad más avanzada, pero esto es una mezcla de capacidad y de enfoque. Si un arquero se dedica a ser el mejor, puede llegar a alcanzar su prime a los 25 o 26 años, incluso a los 28... ¿Pero a los 30? No. Salvo que él haya decidido ponerse las pilas, porque por lo que venía mostrando en Colo Colo, claramente no era el mejor”, concluye.