Una de las afecciones más populares en Chile es la resistencia a la insulina, “una condición que ocurre en personas con obesidad, síndrome metabólico, antecedentes familiares de diabetes o antecedentes personales de diabetes gestacional”, según detalla el médico y diabetólogo de UC Christus, Javier Vega.

Por su parte, esta sucede cuando las células del cuerpo no son capaces de responder de forma adecuada a la acción de la insulina, que es la hormona que se produce en el páncreas para mantener los niveles de azúcar o glucosa en valores normales.

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Esta afección es previa al diagnóstico de prediabetes y diabetes.
Resistencia a la insulina.Esta afección es previa al diagnóstico de prediabetes y diabetes.

Alimentos que debes consumir si tienes resistencia a la insulina

El tratamiento de la resistencia a la insulina se basa principalmente en mejorar los hábitos de alimentación y estilo de vida. En ese sentido, Javier Vega indicó que “la calidad de los alimentos también desempeña un papel fundamental”.

Bajo ese contexto, el especialista recomienda priorizar carbohidratos de bajo índice glicémico, que ayudan a mantener niveles más estables de glucosa en la sangre, y evitar aquellos productos con un alto grado de procesamiento o con exceso de grasas saturadas.

En tanto, las frutas y verduras frescas, sobre todo las que son menos maduras y ricas en fibra, las proteínas magras y los alimentos integrales, son aliados importantes en esta dieta.

Finalmente, el diabetólogo agregó que “los productos refinados, la pastelería, los dulces y los ultraprocesados pueden agravar la resistencia y deben limitarse”.

Principales signos de la resistencia a la insulina

Aunque la resistencia a la insulina no produce síntomas evidentes, se puede sospechar cuando existen antecedentes médicos en la persona, tales como obesidad, síndrome metabólico, niveles elevados de colesterol o triglicéridos, o un historial de diabetes gestacional.

También existen signos físicos que pueden apuntar a que el usuario podría tener este problema, por ejemplo: signos físicos como obesidad central, acantosis o acrocordones, alteraciones del sueño, del ciclo menstrual o la presencia del síndrome de ovario poliquístico.

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