Este lunes se llevó a cabo la misión más agresiva por parte de Rusia hacia Ucrania en lo que va de la guerra. Las fuerzas armadas rusas, al mando de Vladimir Putin efectuaron una seguidilla de violentos bombardeos sobre Kiev, entre otras localidades, en represalia al ataque ucraniano que destruyó parte del estratégico puente ruso de Crimea, el sábado 8 de octubre.
Los bombardeos rusos que cayeron sobre las ciudades de Kiev, Leópolis y Zaporiyia han dejado daños irreparables de infraestructura y al menos 8 pérdidas humanas confirmadas, entre decenas de heridos. Las autoridades han hecho un llamado urgente al pueblo ucraniano a guardar refugio.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski manifestó en redes sociales que «En el día 229 (de guerra) intentan destruirnos y borrarnos de la faz de la tierra. Completamente. Destruir a nuestra gente que está durmiendo en casa en Zaporiyia. Matar a la gente que se dirige al trabajo en Dnipro y Kiev»,
Los analistas internacionales, y las mismísimas autoridades ucranianas temen que los últimos ataques rusos sean solo el comienzo de un recrudecimiento de la guerra de Rusia contra Ucrania.
En Telegram, Zalenski advirtió a la población ucraniana ante lo que está por venir, expresando: «La alarma antitaérea no cesa en toda Ucrania. Hay impactos de misiles. Por desgracia, hay muertos y heridos. Les pido: no abandonen los refugios. Cuiden de si mismos y de sus seres queridos. Aguantemos y seamos fuertes».