Este lunes se desarrolló la formalización contra el Carabinero que asesinó Francisco Martínez, malabarista que recibió seis balazos de parte del funcionario en Panguipulli el pasado viernes 5 de febrero. En esta, se desestimaron los argumentos querellantes, y se terminó por darle arresto domiciliario total por los cuatro meses que dura la investigación.
El argumento principal en que se amparó el juez, fue la declaración de un civil en calidad de testigo, quien se presentó en defensa del carabinero. Este aseguró que el malabarista habría sido tomado de la mano por el funcionario, momento en que Martínez lo habría amenazado con los machetes. Fue en ese momento, cuando habría desenfundado su arma.
El magistrado aseveró que dado los antecedentes del caso, se confirma la tesis de homicidio simple emanada desde Fiscalía, tomando en cuenta que "el último disparo (del carabinero) no está amparado por el derecho".
Al respecto, el juez sostuvo que al ser el último tiro el que produjo la muerte del malabarista, en circunstancias en que este iba cayendo al suelo, el oficial "pudo atenerse a la norma solo con evitar el último disparo".
De todas formas, y si bien negó que existiera legítima defensa por parte del funcionario policial, el magistrado descartó violencia innecesaria por parte de este y disparo injustificado, considerando que el carabinero fue agredido por el artista callejero.
Por su parte, tanto el abogado particular de la familia como el INDH anunciaron que apelarán a la decisión, buscando la prisión efectiva del imputado.
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