La madrugada del jueves 12 de junio de 2025 fue un momento decisivo para un grupo de nueve personas, entre chilenos y extranjeros, que se alojaban en una cabaña ubicada en el sector de Punta Blanca, en la zona precordillerana de la región del Maule.
Tenían el deseo de ascender hasta lo más alto para ver la nieve, sin embargo, las condiciones meteorológicas eran desfavorables, nieve y viento amenazaban su travesía.
A pesar del complejo escenario, el grupo decidió continuar con la actividad, y a las 6:00 horas emprendieron el viaje en dos grupos, de cuatro y cinco personas.
Con el transcurso del tiempo, el clima se volvió desafiante y eso les generó inconvenientes para retornar de la montaña. Por este motivo, solicitaron su rescate y, tras ello, Carabineros de Chile, Bomberos y equipo de emergencias iniciaron un operativo para encontrarlos.
Primero hallaron al equipo de cuatro personas y pasadas las cuatro de la tarde de ese mismo día, a los otros cinco, informó Meganoticias. Todos presentaban leves golpes y principios de hipotermia, no obstante, esta vez vivieron para contarlo.
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El auge del excursionismo en Chile se constató con el fin de las restricciones de la pandemia y, de manera paralela, también se detectó un aumento explosivo en la cantidad de accidentes. Según información del Cuerpo de Socorro Andino, entre 2022 y 2023 se registraron 128 operativos de rescate solo en la Región Metropolitana, en su mayoría motivados por personas con escasa preparación, indumentaria no adecuada y, sobre todo, actitudes temerarias.
Frente a la situación, un grupo de ocho diputados y diputadas presentaron un proyecto de ley para sancionar con multa la imprudencia de aquellos excursionistas que generan operativos costosos y completamente evitables. Sin embargo, ¿será realmente esta la solución para prevenir accidentes?, ¿podrán las multas frenar las conductas irresponsables al momento de practicar esta actividad?
El nuevo proyecto de ley y las sanciones que establece
Según los antecedentes del proyecto, en 2016, la Corporación Nacional Forestal (CONAF) ya alertaba que las multas que establecen las municipalidades no logran cubrir los esfuerzos en traer a los excursionistas sanos y salvos. De hecho, los gastos por persona ascienden a $3.500.000 a $5.000.000, señalan.
De acuerdo al diputado republicano y quien participó en la formulación del proyecto, Cristián Araya, no son pocos los irresponsables que, al poner en riesgo su vida, han provocado acciones de rescate que conllevan un desembolso económico y el uso de recursos humanos.
Por ejemplo, para los bomberos, uno de los principales actores en maniobras de rescate, estos procedimientos “implican cinco a ocho horas de trabajo, lo que, junto con un gasto inmenso, también incluye una pérdida de capacidades para poder atender otras emergencias”.

En este sentido, el proyecto de ley establece una serie de conductas que no se permitirán al momento de realizar excursiones en zonas agrestes, tales como: “no planificar la ruta, no registrarse en la unidad policial más cercana o informar a los responsables del lugar a visitar, no considerar el pronóstico del clima, no evitar regresar con oscuridad, no haber planificado rutas de escape, no utilizar el calzado y vestuario apropiado, no llevar equipos de orientación, agua o alimentos”.
Y, frente a quienes no cumplan con las exigencias anteriores y, aun así, realicen esta actividad y provoquen el llamado de emergencias, serán denunciados a los Juzgados de Policía Local, los cuales harán efectivas las multas, que oscilarán entre 1 a 10 UTM, es decir, $68.923 a $689.230, además de otras sanciones, según amerite el caso.
La importancia de prepararse para las excursiones: ¿Por qué muchos omiten este paso y generan costosos operativos de rescate?
“Él tuvo una fractura en la clavícula, dos en las costillas, golpes en la cabeza porque el casco salió lejos y la rodilla no la podía mover”, relata Vicente Mitre, ingeniero en Administración de Empresas y monitor del Club de Montaña Andes del Sur de Valdivia, sobre el accidente que tuvo uno de los miembros de su equipo de excursión al inicio del ascenso al volcán Casablanca.
Mientras caminaban por el cráter Raihuén, en dirección a la cumbre del macizo, “mi compañero pisó mal, había un poco de hielo y se fue por la ladera hacia abajo”, comenta Mitre.
Afortunadamente, los miembros del equipo contaban con la preparación y conocimientos adecuados para aplicar los primeros auxilios, inmovilizar y evacuar a la persona del lugar. “Logramos llevarlo a un hospital (…) y le salvamos la vida”, señala.

Uno de los aspectos cruciales, y que marca la diferencia entre una agradable excursión y una travesía peligrosa, es la planificación. “Aunque vayas con el mejor equipo del mundo, si planificas mal y eres arrebatado, vas a terminar muerto o fracturado y, claramente, llamando a rescate”, explica.
En los últimos años, y de acuerdo a los antecedentes del proyecto de ley, se ha registrado un aumento importante de excursiones en zonas agrestes de Chile, es decir, territorios con escasa intervención humana y de difícil acceso, tales como senderos en reservas naturales o en sectores cordilleranos. Sin embargo, esta situación se ha vinculado directamente al incremento de accidentes y operativos de rescate.
“Creo que este es un fenómeno provocado por las redes sociales, el querer estar en el lugar y sacar la mejor foto, compartirla y tener likes (…) porque te muestran un lugar maravilloso que uno desea conocer”, explica Mitre.
Este hecho, sumado al desconocimiento, provoca que muchas personas, grupos de amigos e incluso familias enteras, se adentren en una actividad que implica peligros. “He visto personas que van caminando con bolsas de supermercado en zonas donde requieres un buen equipamiento y zapatos con caña (…), van sufriendo por estar en un mal estado físico o ir lesionados. Esas personas no son excursionistas, simplemente se dejan llevar por lo que ven en redes sociales”, señala.
En el Parque Nacional Conguillío, “vimos una familia, la señora iba más adelante y el papá más atrás con su hijo (que no aparentaba más de cuatro años), llevaban zapatillas y se resbalaban mientras pasaban por una zona expuesta, donde un paso en falso los podía llevar por la ladera hacia abajo”, relata.
Sin embargo, no solo la falta de preparación genera accidentes, sino que la actitud temeraria también influye. Muchas personas “van en hongos y llevan drogas, nosotros en el club prohibimos todo eso y el consumo de alcohol (…) estamos en un lugar donde un paso en falso te puede costar la vida”, explica.
En este escenario, Mitre enfatiza que la preparación, dependiendo del tipo de excursión que se quiera realizar, y la prudencia, lo es todo.
¿Una ley puede cambiar el panorama actual de las excursiones en Chile?
Ante esta realidad, el proyecto de ley impulsado por los diputados busca frenar la irresponsabilidad y, con ello, la cantidad de operativos de rescates que pueden ser completamente evitables. “Lo que queremos es que la gente tome conciencia de que, si va a realizar una actividad de senderismo, de trekking, de montañismo, tiene que tomar todos los resguardos correspondientes”, comenta el republicano Cristián Araya.
“Consideramos que esto es una forma también de educar a la población, a aquel que quiere ir a visitar la montaña, que es un tesoro que tienen los chilenos, lo tienen que hacer responsablemente”, agrega el diputado.
Sin embargo, “están saltándose un paso”, comenta Vicente Mitre. “La gente no sabe cómo ir a la montaña, yo creo que antes de multar, habría que enseñar (…) siento que estamos al debe en ese sentido”, explica.

“Si la gente se sigue acercando a los filos y continúa visitando drogada la montaña (…) si les llega a pasar algo, se fracturan o quedan expuestos a una vida en silla de ruedas, van a aprender a la mala, creo que antes de eso, antes de que se expongan a la muerte, hay que explicarle los riesgos y las formas en cómo mitigarlos. Quizás el proyecto está bueno para gente que sabe (…), pero no para quienes no tienen idea de montaña”, comenta Mitre.
En esa línea, sostiene que ir a excursiones no solo requiere de una preparación, sino que también de conocimientos, que además de ser costosos, “deberían enseñarse en la escuela, desde chiquititos, saber que Chile tiene una cordillera preciosa (…) es peligrosa, pero si vas con el conocimiento necesario podrás disfrutarla (…) falta una cultura de montaña en Chile”, asegura.