Reinaldo Sánchez ya trabaja como mandamás de Santiago Wanderers. El histórico dirigente nacional, ex presidente de la ANFP entre el 2001 y el 2006, ya es el máximo accionista del "Decano" del fútbol chileno, y poco a poco comienza a hacerse sentir en el mundo "caturro".
Carlos Soto, ex presidente del Sifup entre 1998 y el 2016, trató con él durante muchos años, y protagonizó más de una polémica, sobre todo por temas económicos, en una época en la que era habitual ver a los clubes reclamando por el no pago de sueldos.
"Él es wanderino, y me parece que al ver sufrir a su institución tomó la decisión de volver al club. Yo espero que le vaya bien. Tengo los mejores recuerdos de él",
¿Cómo recuerda a Reinaldo Sánchez?
Él tiene características que lo hacen ser un presidente con carácter. Yo traté con él en la huelga del 2002, y cuando parecía que se le escapaban las riendas y perdía el control, afloraba su liderazgo dirigencial y eso lo salvaba. El 50% del fútbol chileno estaba atrasado en dos sueldos, pero lo supo solucionar.
Creo que él no concibe a un dirigente con mano blanda o que ceda ante las presiones. Al mismo tiempo lo encuentro súper humano, normal, simple, sencillo... Yo me llevé bien con él, siempre con respeto. Jamás hubo una desubicada de su parte. Fue hombrecito siempre y entendió que esto era sin llorar. Sabía aguantar el chaparrón y eso que fue bien vilipendiado.
¿Por qué?
Porque venía de un equipo chico. En esos tiempos era raro llegar a un puesto importante viniendo desde abajo. Después aparecieron los Sergio Jadue de La Calera o los Pablo Milad de Curicó Unido. Entre la U y Colo Colo se movía el mundo dirigencial.
¿Lo miraban en menos? No era el típico dirigente de elite...
Sí, claro, y él rompió el esquema. Él se manejaba con Carlos Toro y Óscar Lihn, una secretaria y sería. No había cien tipos en la ANFP como ahora. La presión lo terminó sacando, y justo cuando se aprobaba la Ley de Sociedades Anónimas, donde había un cambio de sistema. Se iba el romanticismo que encarnaba Reinaldo, de ese fútbol del amigo que te pasaba a buscar y te silbaba afuera de tu casa para ir a jugar, y pasaba al ejecutivo que tiene que estar siempre de terno y corbata
Eran otros tiempos aquellos...
Lógico, lógico. El fútbol cambió mucho y yo creo que él sabe que no se va a encontrar con lo mismo. Las administraciones son diferentes, los estilos, las formas, los dirigentes, los futbolistas... Hoy se sabe todo, y él es de la vieja guardia. Le tocó el tiempo de las corporaciones sin fines de lucro. No habían sociedades anónimas.
¿Podrá aplicar su experiencia en la ANFP a los tiempos modernos?
Ser presidente del fútbol chileno es muy distinto a ser mandamás de un club, porque ahora es mucho más doméstico el trabajo, y dirigir la ANFP te da una exposición mucho mayor. Pero él tiene la experiencia de haber dirigido en una época distinta, donde conseguir recursos era muy complejo. Si comparamos esos tiempos a los de ahora, yo diría que el fútbol chileno era pobre. Hoy no lo es. Imagínate lo que hubiera hecho un club en esos tiempos con 200 millones de pesos al mes por conceptos televisivos.
Las polémicas camisetas contra "Don Choco"
Corría el año 2005 y el Sifup y la ANFP protagonizaban una dura rencilla, otra vez por problemas económicos que tenían a algunos clubes sin pagar. Durante cuatro partidos los jugadores entraban con poleras alusivas a la gestión de "Don Choco", siendo el más emblemático la final de la Universidad de Chile contra la Universidad Católica, donde se vio a los futbolistas con leyendas como "Nadie lo quiere" o "Váyase".
"El primer partido de esa protesta, el 'Matador' Salas, que era nuestro líder, jugaba en la U, y salió con una camiseta ante Cobresal que decía: 'Respeto, dignidad e igualdad'. Para mala de nosotros, se le dio un tinte político. El CDF en ese momento decidió enfocarles la cabeza nomás y eso me dio rabia. Hoy día esa camiseta sería aplaudida, pero en ese entonces era considerado casi un sublevación del pueblo. Así que alegué", recuerda Soto.
¿Y qué pasó?
Hoy el jugador puede emitir su opinión sin ningún tipo de problemas. Más allá de que estuviera en la Constitución, se incluyó después en la ley que regula la profesión del futbolista. Nadie hacía mención a Reinaldo Sánchez, pero sabíamos que el CDF se iba a cuadrar con la ANFP y su gestión. Al final hablé directamente con él y me dijo: 'Cabros, está bien, quédense tranquilos, que me voy a fin de año'. Se lo tomó con tranquilidad, ya no quería pelear más. Nos dimos la mano y administró hasta el final con mucho equilibrio. Discutimos, obviamente, pero con respeto. No me queda más que desearle lo mejor en Wanderers. Toda persona tiene derecho a una revancha y a lo mejor él quiere tomársela ahora.