Fútbol Chileno

El fútbol chileno se juega con galerías peladas: ¿Quién fija el precio de las entradas?

A propósito de la bajísima asistencia para el clásico entre la UC y Colo Colo, bien vale conocer la manera de establecer los valores de los boletos para los encuentros de nuestro Campeonato Nacional.

UC vs Colo Colo Postal indesmentible: uno de los clásicos más importantes del fútbol chileno se juega con poca gente en las gradas. Foto: Agencia Aton.

Se sigue hablando del Clásico que la UC y Colo Colo disputaron el sábado, por la décima fecha del Campeonato Nacional de Primera División. Pobre, con P mayúscula. Un deslavado 0-0, propicio para el bostezo y que, más encima, se jugó con muy poca gente en las tribunas: en definitiva, 9.555 espectadores asistieron a uno de los partidos más importantes de nuestro ordenamiento futbolístico.

¿Cómo se explica que un partido en el papel atractivo, entre dos de los clubes grandes que pelean por el título de Primera División, no convoque? Explicaciones hay para todos los gustos. De partida, es el reflejo fiel de un fútbol pobre, que cada vez pierde más terreno en el concierto internacional, incapaz de competir con los vecinos de Conmebol y que no ha podido asistir a las últimas dos ediciones de la Copa del Mundo; hoy, el fútbol chileno es malo, de frentón, y muchos prefieren buscar emociones en otros lados.

También está la brutal competencia. La disyuntiva entre ir al estadio y quedarse en casa para disfrutar por televisión, por ejemplo, del partido a la misma hora entre Cádiz y Real Madrid por la Liga, transmitido en HD y sin tener que lidiar con una muy desagradable experiencia estadio, no pocas veces termina por decantarse por la primera opción.

Pero hay un factor que, en específico para el partido entre “Cruzados” y Albos, sí pasó la cuenta en la asistencia final: el exorbitante precio de las entradas fijado por Universidad Católica. Una galería a 13.500 pesos o una Tribuna Andes a 37 mil son valores que escapan a cualquier lógica y que no tienen comparación ni siquiera con otros equipos grandes de Sudamérica, incluso en ligas infinitamente superiores a la chilena, como la brasileña o la argentina.

Gary Kagelmacher, UC
9.555 asistentes fue el público controlado del partido UC vs Colo Colo. Foto: Agencia Aton. (PEPE ALVUJAR/PHOTOSPORT/PEPE ALVUJAR/PHOTOSPORT)

¿Quién fija los valores de las entradas en el fútbol chileno?

Los precios para asistir al estadio en Chile cambian fecha a fecha. Si un fin de semana el valor es X, el próximo bien puede ser de X al cubo. No hay método que permita saber a ciencias ciertas cuánto deberá desembolsar una familia si es que quiere pasar una tarde deportiva viendo a su equipo favorito.

En Argentina, por ejemplo, la AFA regula los precios de las entradas, por lo que se establecen valores mínimos y máximos a cobrar a inicios de temporada. En Chile, en cambio, nada de eso existe: es exclusiva potestad de los clubes fijar los precios y todo se rige por el libre albedrío. De ese modo, en el UC vs Colo Colo, por ejemplo, la decisión de cobrar tan altos valores por las entradas fue exclusiva responsabilidad de Cruzados.

Las Bases del Campeonato Nacional de Primera División expresan, en su artículo 64, que “el valor de las entradas será el que determine el club que actuare de local”. Agrega luego el documento que “se prohíbe discriminar injustificadamente a través del precio de las entradas a asistentes a ubicaciones equivalentes dentro del estadio respectivo. De conformidad con lo anterior, los valores de las tribunas asignadas a adherentes del equipo visitante no podrán superar en valor a aquellas equivalentes asignadas a los adherentes del equipo que actuare de local”, algo que, en más de una ocasión, no se ha cumplido. ¿Quién fiscaliza? Esa es otra historia...

Finalmente, acotaciones específicas, como el 5% obligatorio para el equipo visita, algunas regulaciones sobre canjes, condiciones especiales para abonados, tercera edad y niños, pero en definitiva, cada club está facultado para cobrar lo que le dé la gana por un boleto.

Muy lejos están los tiempos en que los estadios chilenos se atiborraban de espectadores en duelos decisivos. Gracias a múltiples factores, como las leoninas restricciones de público que impone la autoridad, la incapacidad de los clubes de ofrecer recintos apropiados para el fútbol, la desagradable experiencia estadio que se ofrece o la variedad de actividades recreativas que compite con el fútbol, hoy no es raro que un clásico, como el de la UC con Colo Colo se juegue con menos de 10 mil espectadores en las tribunas.

Quien viera algunas asistencias emblemáticas antes de que el Estadio Nacional fuera jibarizado, quedaría en shock: 76.609 personas fueron a la final de la Copa Chile 1992 entre Colo Colo y Unión Española, 74.862 al recordado Clásico Universitario en que la UC venció a la U en 1994 con gol de Sergio Fabián Vásquez, 74.529 también a un UC vs Colo Colo pero en 1980... Para qué decir los 85.262 que vieron el Clásico Universitario de diciembre de 1962.

Otros tiempos, otro fútbol. Hoy, razones más razones menos, los clubes ponen bastante de su parte al fijar precios de entradas ridículos para espectáculos mediocres...

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