Hace unos años Palestino vivía sus años de gloria en el fútbol formativo. El elenco árabe cosechaba títulos de forma consecutiva en categorías inferiores y uno de los nombres más destacados era Matías Ramírez, delantero que sorprendía por su capacidad goleadora.
Era tan sorprendente el rendimiento del jugador, que a los 15 años fue comprado por el Udinese italiano, en un movimiento similar al que realizaron con Alexis Sánchez. Es más, la comparación con el tocopillano era recurrente. La idea era asegurarse al delantero y que se mantuviera en Palestino durante algunos años.
Ramírez cumplió las expectativas y cuando debutó en Palestino, con 18 años, no decepcionó. El atacante cumplió con goles y en Italia pensaron que debía viajar hasta el Viejo Continente para dar el salto rápidamente. Su partida no fue fácil y luego tuvo que salir cedido al Granada, club “hermano” del Udinese, donde jugó varios partidos en la filial, pero nunca alcanzo la dicha del estreno en el primer equipo.
En 2015, solo dos años después de su partida a Europa y luego de una mala participación con La Roja en el Sudamericano sub-20, optó por volver a Palestino. “Fue un bonito desafío. Y me hizo madurar más rápido. Ya con 19 años me sentía más grande, pero las circunstancias no se dieron. Tiene que ver con que también echaba mucho de menos. Creo que para llegar allá (Europa) a esa edad hace falta más que ser buen futbolista. Me faltó fortaleza mental”, declaró en una entrevista a AS.
Tras el retorno a Chile comenzó un peregrinaje por diversos equipos locales, que tuvo una interrupción en 2017, nuevamente para emigrar a Europa y recalar en el Granada B, equipo en el volvió a probar suerte sin mayor éxito. Posterior a ello, jugó en Everton, Huachipato, Deportes La Serena, Independiente de Cauquenes, Deportes Colina y Deportes Recoleta.
El complicado momento que vive Matías Ramírez
La última camiseta de Matías Ramírez fue Trasandino, equipo al que llegó a principios de año con la intención de relanzar su carrera en Segunda División. La experiencia no fue positiva, ya que terminó contrato y quedó sin club en el fútbol chileno.
Ahora, la situación se torna muy complicada para el jugador de 27 años. La reglamentación de la Tercera División, por ejemplo, no permite su inscripción por edad, mientras que en la Segunda División también su incorporación se ve difícil por los cupos limitados en este aspecto.
Con las puertas cerradas en Tercera División y Segunda División, las opciones son prácticamente nulas, ya que tomando en cuenta su mal rendimiento en categorías inferiores, es difícil que un club de Primera B le abra las puertas en este mercado de pases. Es por ello que actualmente se encuentra entrenando junto al Sindicato de Futbolistas Profesionales (SIFUP).
En las próximas semanas el jugador tomará una decisión respecto a su futuro , el cual podría estar definitivamente fuera de las canchas, siguiendo un rumbo que varios jugadores que brillaron en su generación han emprendido.