La crisis gatillada entre los jugadores de Colo Colo y la directiva de Blanco y Negro, luego de que esta última decidiera acogerse a la Ley de Protección al Empleo, podría traer inusitadas consecuencias deportivas al interior del plantel albo.
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Y es que son varios los jugadores que han expresado su molestia por toda esta situación. El mismo Esteban Paredes ya expresó que no descarta renunciar al club, tras este episodio que ha generado un quiebre con Aníbal Mosa, quien era considerado muy cercano al capitán.
“Puede ser que no vuelva a jugar. Se tendrá que evaluar de acá a mitad de año. Si tengo que dejar al club por Colo Colo, si tengo que renunciar por Colo Colo, no por Blanco y Negro, lo voy a hacer", expresó el delantero.
En la misma línea, Julio Barroso, que termina contrato en diciembre, reconoció que su rol en el conflicto, puede generar que no siga. “Yo estoy tranquilo, más allá de la continuidad o no, porque defiendo a mis compañeros tal como lo he hecho en los 7 años que llevo en el club. Si esto genera un rechazo para mi continuidad, lo entenderé”, dijo ayer el "Almirante" en CDF.
El citado medio menciona el caso de Nicolás Blandi, señalando que el argentino "no alcanza a cumplir con los requisitos legales para postular al Fondo de Cesantía y deberá ingresar al Fondo Solidario. Allí, podría llegar a recibir un máximo de $652.956 mil pesos en el primer mes y llegar a $326.478 el quinto mes".
Sin duda, una situación como esta podría hacerlo pensar en partir, directamente renunciando al club. Blandi, de hecho, no se encontraría cómodo en Colo Colo, especialmente tras lo ocurrido en el clásico ante la UC, done fue herido por una bomba de estruendo.
Otro caso complicado, es el de Juan Manuel Insaurralde, quien pese a que acaba de renovar su vínculo, podría no aceptar las nuevas condiciones y retornar a su país, también finalizando el contrato de manera anticipada, en caso de que esta situación se mantenga por un tiempo prolongado.