Coquimbo Unido fue la gran revelación del fútbol chileno en este 2025. Los Piratas realizaron una campaña histórica, fueron campeones de la Primera División y se clasificaron para la fase de grupos de la Copa Libertadores.

Si bien la actualidad pirata es positiva, en el puerto comienzan a pensar a futuro, ya que a través de sus redes sociales confirmaron la firma del primer contrato profesional de Joshua Arancibia, futbolista con nacionalidad chilena-estadounidense, quien registra pasos por Norteamérica y la Selección Chilena de futsal.

Joshua ArancibiaEl defensor de 21 años firmó su primer contrato profesional, a menos de un año de su llegada a Coquimbo Unido. Foto: Coquimbo Unido

Joshua Arancibia y su consolidación en Coquimbo

Joshua Arancibia es un defensor central categoría 2004, quien después de un paso por Estados Unidos y ser seleccionado nacional de futsal, llegó a a Coquimbo Unido y en menos de un año ya firmó contrato profesional.

Tras vincularse contractualmente con los Piratas, el prometedor futbolista conversó con En Cancha, repasó lo que ha sido su carrera y su llegada a la Cuarta Región.

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- ¿Dónde y cómo comenzó tu formación como futbolista?

Aquí en Chile me formé en Palestino desde los 8 años, después tuve un paso importante por Cobreloa. Ahí llegó pandemia y nosotros, los Sub-17, teníamos que irnos a Calama, pero no pudo realizarse porque llegó la pandemia.

- ¿Qué hiciste ahí?

Para mantenerme entrenando y estar en forma, busqué algo y ahí me recibió el club Famae de futsal y ahí inicié y me formé en el futsal.

- ¿En qué momento lograste volver al fútbol?

El año pasado, en 2024, tuve un paso por Estados Unidos. Alguien bien reconocido en el futsal, que lo considero como un hermano; Ángel Pavez, fue clave, fue quien hizo las gestiones para que pueda llegar a Estados Unidos.

- ¿Cómo fue tu experiencia allá en Estados Unidos?

Al principio, comencé en un equipo equivalente a la cuarta división. Jugué, hice buenos partidos y en el segundo semestre me cambié de estado y ahí jugué en California, un equipo de Segunda División. Ahí yo entrenaba con el plantel adulto y jugaba con la Sub-20.

- Tu doble nacionalidad, ¿Cómo la conseguiste?

Mis dos papás son chilenos, pero yo nací allá, al igual que mi hermano y tengo familia por allá.

- Después de este paso por Estados Unidos, ¿Cómo se gestó tu llegada a Coquimbo Unido?

Yo llegué a Chile, estaba de vacaciones y me dijeron que en Coquimbo Unido faltaba un defensa. Yo nunca había jugado ahí, pero quise tomarlo como un desafío. Me probé y gracias a Dios quedé.

- ¿De qué jugabas antes?

Cuando chico me gustaba hacer goles, yo era delantero. Siempre me dijeron que tenía buena técnica, así que me fueron bajando de a poco. Me pusieron de volante porque tenía buen juego con los pies y el año pasado, en Estados Unidos, terminé jugando como volante de contención.

- Llegaste y entrenaste con la Sub-20, ¿Cómo se dio tu salto al primer equipo?

En marzo comencé el torneo, hice una buena campaña y ahí el profe chino (Esteban González) y Miguel (Pinto) empezaron a verme, hablar muy bien de mí y el segundo semestre fue cuando subí definitivamente a entrenar con el plantel. Entrené todo el segundo semestre con ellos, demostré lo que puedo dar, salimos campeones y ahora, dos días antes de navidad firmé mi primer contrato profesional.

- Aun así te mantuviste jugando en la Sub-20...

Todo el año jugué con la Sub-20, pero habían partidos en que el profe Chino no me dejaba bajar a jugar, porque creía que si se lesionaba uno, podría entrar yo a la citación. No se dio, pero estábamos ahí, que era lo importante.

- ¿Cómo te sientes con que personas como ellos se hayan fijado en ti?

Es algo súper bonito que personas como el profe Miguel y el profe Chino, que fueron jugadores profesionales, se fijen en mí, era súper impactante. Todo lo que dijeron de mí es un orgullo.

- Si miras para atrás, en dos años pasaste de jugar futsal y pasar por Estados Unidos a ser campeón con Coquimbo Unido...

Es de no creerlo. A principio de año estar sin club, llegar a Coquimbo, ser campeón. Para mí es soñado, totalmente. Todavía no asimilo lo que logré este año. Es un sueño hecho realidad.

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