
El año pasado, cuando Santiago Wanderers terminaba la primera rueda haciendo historia como el equipo de peor rendimiento en la historia del fútbol chileno, lo único en lo que pensaban sus hinchas, ya asumidos con el descenso, era qué pasaría con el club porteño.
Y es que el horrible andar en lo deportivo y económico, dio paso a los cuestionamientos. Pocos podrían entender cómo un equipo que la temporada anterior había estado peleando la clasificación a Copa Sudamericana, comenzaba el 2021 con refuerzos de poca reputación y la salida de un DT como Miguel Ramírez, que había logrado devolver al equipo a la máxima categoría en 2019, y se consolidaba para encabezar un proceso.
El entonces máximo accionista del club, Rafael González, tras recibir las acciones de parte del empresario Nicolás Ibáñez, en una maniobra aún poco clara, era el principal apuntado de los fanáticos y muchos exigían su salida del club y que cumpliera con la palabra de devolver la institución a sus socios, algo que finalmente, no se concretó.
Muy por el contrario, el abogado porteño, comenzó a gestionar la venta de sus papeles. Finalmente, estos fueron adquiridas por Reinaldo Sánchez, el veterano expresidente de la ANFP, quien también encabezara lo que es el último período exitoso del club, con el título del Campeonato Nacional de 2001.
Nadie sabe aún cuáles son los montos de la transacción, pues ninguna de las partes ha dado a conocer los valores de una venta que terminó dejando a González aún con una parte de la propiedad. De hecho, aún es el vicepresidente del club "Caturro". Se especula que el monto final fue cercano a los 200 mil dólares.

La venta fallida que terminó en Audax Italiano
Pese a esto, tres meses antes de que se concretara la compra por parte de Sánchez, Rafael González estuvo negociando intensamente con Gonzalo Cilley, empresario argentino, quien acaba de adquirir la propiedad del Audax Italiano.
Fuentes consultadas por En Cancha, aseguran que las negociaciones estuvieron muy avanzadas. "La propuesta de Cilley era la más importante que tenía Wanderers. Se estuvo cerca", señala una fuente conocedora de las negociaciones.
Cuando prácticamente faltaba solo la firma, González se arrepintió y optó un viejo conocido. De hecho, con Sánchez trabajó como abogado en su empresa de microbuses y también en su período al mando del club. Ambos, son hombres de confianza.
Actualmente, Sánchez sigue encabezando la denominada "Operación Retorno" en Wanderers, pero recientemente abrió la puerta para dejar la propiedad. "Creía que no iba ser tan difícil y creo que se está poniendo bastante difícil. Yo no voy a dejar el club por culpa de los violentos, pero creo que con el tiempo que me queda, quizás pasar rabias a esta altura no vale la pena", dijo hace unos días en El Mercurio de Valparaíso.
En estos momentos, nadie en Wanderers se atreve a proyectar qué puede pasar con la propiedad del club en los próximos meses. Hay versiones que hablan de que efectivamente la familia Sánchez no está a gusto y podría poner nuevamente sus acciones a la venta.
Otros, apuestan por ver cómo se desenvuelve el equipo en el torneo de la Primera B, donde en dos partidos, suma una derrota y un agónico empate de local. Una mala campaña, podría acelerar la decisión de vender, aunque si el equipo anda bien, Sánchez se quedaría para intentar cumplir con su meta de, al menos, devolver a Wanderers a Primera División.