Las máquinas y el movimiento humano no paran en San Carlos de Apoquindo. El estadio de la Universidad Católica continúa con su plan de remodelación y ampliación y poco a poco va tomando forma lo que espera ser el nuevo coloso de Las Condes, un recinto con capacidad para 20 mil personas sentadas que no solo albergará los partidos de los “Cruzados”, sino que también grandes conciertos que se agenden en nuestra capital.
En la UC han debido arreglárselas para no sufrir tanto con la falta de una casa este 2023, y han deambulado por ciudades como Concepción, Rancagua y La Serena, algo que sin duda se repetirá durante, al menos, todo el primer semestre del 2024.
Y si bien todo marcha de acuerdo a lo planificado, hay un ítem que sigue en el aire: el nuevo nombre del recinto.
Sabido es que en Cruzados se inclinaron por la estrategia del “Naming Rights”, que hace que una empresa se adjudique el nombre del recinto durante un contrato a tiempo definido. En este caso, la empresa Claro le ganó a los demás ofertantes y será el gigante de las telecomunicaciones quien decida cómo se llamará el nuevo San Carlos. No obstante, hoy no hay ningún avance en esta materia. ¿Por qué?
Una fusión que sigue esperando
Según pudo averiguar En Cancha, hay una piedra en el camino que aún no es despejada: la empresa Claro está en plena tramitación de una fusión con VTR, que se ha dilatado más de la cuenta.
Pese a recibir el visto bueno de la Fiscalía Nacional Económica en octubre del 2022 -siendo una condición no participar en el futuro en el mundo de la televisión por cable a través de la tecnología digital, a fin de evitar una concentración de mercado-, la fusión sigue sin concretarse.
Este negocio involucra cerca de 100 millones de dólares y por lo mismo no ha sido tomado a la ligera, pues se tiene un plan a 2025 que, a través de la señal 5G y la Fibra Óptica, se llegue a más de 6 millones de hogares en Chile.
¿En qué afecta esto a la UC? Simple. Aún no está definido si la fusión entre estos dos gigantes de las telecomunicaciones involucre también un cambio de nombre, como pasó cuando las aerolíneas LAN y TAM se cohesionaron en 2015 para darle vida a LATAM. Por eso, el nombre del nuevo San Carlos sigue en espera y se decidirá cuando la compleja unión se haya resuelto del todo.