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¿Por qué la U renovó mucho más rápido a Pablo Aránguiz que a Walter Montillo?

Mientras uno ya aseguró su continuidad para las próximas temporadas, el otro vive días clave para definir su futuro en el club.

La temporada del esperado retorno de Walter Montillo no pudo ser más accidentada, y podría terminar de la peor manera. Algo que desde hace meses se daba como seguro, en las últimas horas pasó a complicarse sorpresivamente y ahora es una posibilidad concreta que el capitán azul no renueve con el club y no siga para la próxima campaña.

Todo en la misma semana donde otro de los casos que más complicaban a Azul Azul se resolvió de forma muy rápida: la renovación de Pablo Aránguiz.

Pero, ¿por qué los dos casos están siguiendo caminos tan similares?

Cambio de planes

Cuando finalmente Montillo pudo volver a la U tras una década alejado, la idea del volante era que este 2020 fuera el último de su carrera. De hecho, la posibilidad del retiro era algo que venía contemplando seriamente desde hace un par de años, pero el argentino no quería cerrar la puerta con la asignatura pendiente con el club que más lo marcó.

Todos esos planes, sin embargo, quedaron en nada en cuanto estalló la pandemia. Durante el largo receso del Torneo Nacional, la ardilla se fue abriendo cada vez más a la posibilidad de renovar por un año más, sobre todo por el factor de que quería que su despedida se produjera una vez pudiera regresar el público a los estadios.

Durante meses, este deseo de continuar parecía un tema casi protocolar, ya que al club también le interesaba mucho poder mantener no sólo al mayor símbolo del plantel, sino también a quien, pese a sus 36 años, se transformó en el jugador más importante del equipo.

Todo eso empezó a cambiar con la partida de Hernán Caputto -el técnico jugó un papel clave en su retorno- y se terminó de complicar con la llegada de Rafael Dudamel. No porque el DT venezolano no lo quiera, sino porque expresó su deseo de primero evaluarlo física y futbolísticamente. Algo que Montillo consideró como un agravio, dada su trayectoria e identificación con el club.

Como lo señaló su representante Sergio Irigoytía, el jugador desea tener claridad lo antes posible para poder ordenar sus asuntos familiares, en especial el de sus hijos que todavía están en edad escolar.

El factor económico

La idea de Dudamel de evaluar a Montillo contrasta notablemente con el caso de Aránguiz. El jugador formado en Unión Española, de hecho, ni siquiera ha podido entrenar con él, mientras se recupera de la fractura que sufrió en septiembre.

Sin embargo, la gran diferencia radica en un tema comercial. El técnico no aprobó ni opinó en la renovación de Aránguiz, quien seguirá en la U hasta el año 2023 tras comprar el 50% de su pase al FC Dallas de la MLS estadounidense.

En el club no creen que el volante alcance a cumplir la totalidad de ese acuerdo, y ese es justamente el punto. Asegurar la continuidad de Aránguiz le da al club una carta futura de negocio, considerando que a los 23 años ya es seleccionado nacional y uno de los jugadores de mayor proyección del fútbol chileno y que de seguir así bien podría reportarle a la U varios millones de dólares.

Y aunque suene cruel, en tiempos de sociedades anónimas ese tipo de factores a veces predominan más que lo meramente futbolístico.

Pero pese a todo, en la U siguen optimistas respecto a Montillo y su continuidad, aunque en la interna reconocen algo de molestia porque el tema se haya filtrado en los medios porque, de lo contrario, todo podría haberse dado sin ningún tipo de polémica, y sin la preocupación (y molestia) que los hinchas han expresado una vez se supo que tal vez el gran referente del equipo puede marcharse sin pena ni gloria.

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