Eduardo Morante es y será recordado como uno de los peores refuerzos en la historia de Universidad de Chile. El ecuatoriano llegó al cuadro estudiantil laico en 2012 por una millonaria cifra por expreso pedido de Jorge Sampaoli tras la coronación en la Copa Sudamericana 2011, pero no cumplió con las expectativas.
El exzaguero central arribó proveniente de Emelec, donde coincidió con el casildense, a cambio de dos millones de dólares. Sin embargo, sufrió varias lesiones que no le permitieron tener continuidad, ya que solamente alcanzó a jugar 135 minutos repartidos en cuatro partidos. Alcanzó a estar un año en el Centro Deportivo Azul y luego fue enviado a préstamo a Liga de Quito. Posteriormente, deambuló por varios equipos de su país hasta su prematuro retiro.
Después de su paupérrimo ciclo en U. de Chile, Eduardo Morante pasó por Liga de Quito (2013), Deportivo Cuenca (2014), El Nacional (2015), Mushuc Runa (2016) y Fuerza Amarilla (2017).
Sin embargo, en estos dos últimos clubes volvió revivieron sus pesadillas. En 2016, Eduardo Morante enfrentó un juicio con Paulina González, abogada que fue su representante. ¿La razón? Su traspaso a Universidad de Chile.
Morante llegó a Chile con el argentino Alejandro Kenig como agente. No obstante, había firmado antiguo contrato, en el que se estipulaba que González iba a recibir un 35% de lo que le tocaba al zaguero de su fichaje a la U.
Las lesiones, los problemas económicos y la indisciplina acabaron con la carrera de Eduardo Morante
A Morante le tocaron 290 mil dólares, por ende, González recibió US$101.500. Ante ello, el exjugador de Universidad de Chile pidió que congelen sus cuentas bancarias, mientras negociaba con la dirigencia de Mushuc Runa para que le paguen en efectivo a través de un cheque. Había una orden de la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria de Ecuador, para cobrar automáticamente el dinero adeudado a Paulina González ante cualquier deposito en sus cuentas.
Incluso, un par de meses en 2016 se los pagaron con un cheque a nombre de la esposa. Una vez finalizada su etapa en Mushuc Runa, pensó en colgar los botines, pero le llegó una nueva oportunidad en 2017, fue inscrito en Fuerza Amarilla para disputar la Serie A de Ecuador, pero solamente jugó un partido y también le rescindieron el contrato por culpa de los problemas físicos. Esa fue su última etapa como jugador.
Pero las deudas y las lesiones no fueron lo único que afectó la carrera de Eduardo Morante. Su trayectoria también estuvo marcada por la indisciplina. Durante su préstamo en Liga de Quito, el ecuatoriano viajó un fin de semana a su pueblo, tuvo un accidente en moto y se lesionó la clavícula, lo que lo alejó de las canchas por varios meses. En 2021, el propio Morante reveló que su carrera terminó de forma anticipada por su comportamiento afuera de las canchas.
"Tuve muchas lesiones seguidas, pero soy sincero también era un jugador bastante travieso, no me cuidaba mucho", señaló el ecuatoriano en diálogo con el programa Fútbol Sin Cassette.
Finalmente, añadió que "al futbolista se le presenta la noche, las mujeres, el alcohol y si no eres fuerte tu carrera va a ser corta".
Pese que Eduardo Morante era considerado el “zaguero central del futuro“ de la Selección de Ecuador, su paso por Universidad de Chile fue determinante en su carrera, pues nunca pudo volver a su nivel con tantas lesiones.