Por cuarta temporada consecutiva que Universidad de Chile se está enredando en la parte baja del Campeonato Nacional y la disconformidad de parte de la hincada con el club crece día a día. Actualmente el equipo está a dos puntos de la zona de descenso y por primera vez el directorio de Azul Azul tiene un bloque opositor.
En esa línea, uno de los directores de la Casa de Estudios, Carolina Coppo, se refirió al complejo momento institucional que se vive en la U, apuntando a las malas decisiones de los últimos años y especialmente a los nombramientos de Michael Clark como presidente y la contratación de Luis Roggiero como gerente deportivo.
"En lo deportivo, creo que se han tomado malas decisiones. También hemos tenido mala suerte. Se han tomado malas decisiones en cuanto a los entrenadores que se han elegido estos años. Se han tomado malas decisiones al momento de echarlos y también se han tomado malas decisiones en relación a los refuerzos que se han ido contratando a lo largo de las renovaciones del equipo", comenzó expresando en entrevista con La Tercera.
Seguido, hizo una crítica al proyecto que se ha estado tratando de instalar en el cuadro laico: "El proyecto a largo plazo no existe si bajamos a la B. No existe. Y en la implementación de ese proyecto no basta con solo contratar a Luis Roggiero, que no digo que tenga carencias de competencias, pero no lo puede hacer todo solo con Michael Clark".
"Las decisiones relevantes del club en lo deportivo solo las toma Michael Clark con Luis Roggiero. Y las financieras, las toma Michael Clark con otros ejecutivos a los que les debe imponer sus órdenes. Eso no es bueno, existe al interior del club, de sus colaboradores, en todos los estamentos, una sensación de desorden, de confusión respecto de la autoridad, de inseguridad en el trabajo que por supuesto los inquieta", completó.
Sobre la decisión de traer a Roggiero al club, quien venía de una gran etapa en Independiente del Valle, Coppo explicó: "Se nos presentó Luis Roggiero como quien debía ser el director deportivo indicando que era la mejor alternativa y el directorio la aceptó. No hubo otra alternativa".
En esa línea, dejó en duda la autonomía que tuvo el ecuatoriano en la conformación del plantel para este 2022: "Los resultados están a la vista, por la mala elección de refuerzos. Esto no es nada personal, es cosa de ver los resultados y cómo quedó conformado el equipo desde que llegó Luis Roggiero. El equipo está mal constituido, descompensado. Se necesitan refuerzos en todas las líneas. Por los resultados, parece no haberlo hecho bien. A mí me da la sensación que no todos los refuerzos que contrató eran de su gusto. Quizá nunca tuvo tanto poder".
Nombre e insignia
Por otro lado, la académica comentó lo que podría pasar si es que la Casa de Estudios decide quitarle el nombre y la insignia al club deportivo, una tema que ha ido creciendo con el pasar de los meses ante la molestia de cómo se está manejando la institución.
"La Universidad celebró un contrato de autorización de uso de los símbolos distintivos, nombre y emblema de la Universidad. Estos se conceden a Azul Azul. En este contrato, en el que la universidad cede lo anteriormente señalado, Azul Azul se obligó a emitir la acción que permite que la universidad designe a dos directores y a pagar un royalty. Y lo otro es hacer uso del nombre y emblemas solo para el desarrollo del fútbol profesional y actividades conexas, de acuerdo a los valores y principios de la universidad y una serie de otras obligaciones de mucha importancia. Para ponerle fin a este contrato, que sería la única forma de quitarle el nombre al club, se tendría que demandar a Azul Azul por un incumplimiento del contrato", detalló al matutino.
"Yo soy la que hace hincapié en que no es llegar y demandar. A mí me gustaría que esa demanda, de existir, fuese acogida. Además, hay que considerar que ese juicio está sometido a arbitraje. Habría que configurar un incumplimiento. Por eso es importante determinar cuáles son las obligaciones que asume Azul Azul", concluyó.