La noche del 20 de agosto de 2025 en Avellaneda quedó grabada como uno de los episodios más oscuros de la Copa Sudamericana. El duelo entre Independiente y Universidad de Chile, válido por los octavos de final de la cita, derivó en una verdadera tragedia.
Enfrentamentos en las tribunas, destrozos y graves heridos obligaron a suspender el partido en pleno desarrollo. El saldo fue desolador: 19 heridos de gravedad y más de un centenar de detenidos.
Aunque desde la U aseguraron rápidamente que el resultado futbolístico quedaba en segundo plano, la Conmebol abrió un expediente disciplinario que, semanas después, se transformaría en un fallo histórico.
La reacción de la U tras la tragedia
En medio del caos, la dirigencia de Universidad de Chile entendió rápidamente que el caso no se resolvería solo en los tribunales deportivos.
Con los jugadores aún conmocionados y decenas de hinchas hospitalizados en Buenos Aires, el club activó una estrategia que incluyó la coordinación con el Gobierno de Chile y abogados locales para asistir a los detenidos. La prioridad era salvaguardar la integridad de los hinchas.
En paralelo, el club comenzó a preparar la defensa institucional. En esas horas convulsionadas el club decidió dar un paso más: contactar a Gerardo Acosta, abogado paraguayo y exárbitro del TAS, reconocido especialista en derecho deportivo.
Según contó el propio Acosta, la llamada le llegó pasada la medianoche. “A mí la gente de U de Chile me llama a la medianoche del día del partido, yo no contesté porque estaba durmiendo”, relató entre risas en diálogo con Radio Continental.
“Al otro día lo vi, me desperté a las 5:30 horas, y mi primera reacción al ver el comunicado de Conmebol fue que íbamos a ganar. Pero no ha sido un caso fácil”, detalló.

La estrategia de la U: apuntar a Independiente
El abogado se integró de inmediato al equipo y trazó una hoja de ruta clara para la defensa ante Conmebol: responsabilizar a Independiente por las fallas de seguridad en su estadio.
“Nosotros contamos nuestra defensa en los errores organizativos de Independiente. Era un caso muy complicado, pero sabíamos que la clave era demostrar que los defectos de todo el evento provocaron que no se controlaran los desbordes de la barra de la U y de Independiente”, explicó.
La U presentó informes, peritajes y testigos que reforzaron la tesis de que la violencia fue consecuencia de la falta de garantías del organizador, más allá de la participación de hinchas de ambos clubes en los disturbios.
La audiencia en Paraguay
El 2 de septiembre, la delegación azul viajó a la sede de Conmebol en Luque para la audiencia ante la Comisión Disciplinaria. Allí expusieron los descargos formales, con Acosta como figura central, y reforzaron la idea de que la U no podía ser castigada con la misma severidad que Independiente.
El propio abogado reconoció que no fue una situación sencilla. “En mis años como árbitro del TAS, entre 2014 y 2018, cuando uno recibe los descargos ya tiene una idea del fallo. Esta vez, la decisión se tomó después de la audiencia”, detalló.
El fallo histórico
Fue recién este jueves, dos semanas después del trágico partido, cuando Conmebol comunicó su resolución: Independiente fue descalificado de la Copa Sudamericana y Universidad de Chile avanzó a los cuartos de final, donde se medirá con Alianza Lima.
Sin embargo, la clasificación vino acompañada de sanciones durísimas: 7 partidos de local a puertas cerradas, 7 partidos de visitante sin público azul y multas que suman 270 mil dólares, descontados de derechos de TV y patrocinio.
La U seguirá con su estrategia jurídica
Pese al triunfo jurídico, la U aún no celebra del todo. La defensa evalúa presentar una apelación ante la Comisión de Conmebol para intentar reducir el castigo de 14 partidos sin público.
“Es probable que apelemos. Todo depende de lo que digan los fundamentos, que deben ser entregados este lunes”, adelantó Acosta.
Mientras tanto, el equipo de Gustavo Álvarez debe enfocarse en lo deportivo: el cruce frente a Alianza Lima, que se disputará sin la presencia de su hinchada, un golpe anímico importante en una instancia decisiva.