Una situación particular vive Iván Tapia, volante ofensivo de Barracas Central, club de la Primera División de Argentina. Más allá de ser una de las figuras dentro del plantel del elenco trasandino, el mediocampista es reconocido por su impresionante estatus dentro del equipo.
Iván es hermano de Matías Tapia, presidente del club, pero no solo eso, sino que también es hijo de Claudio “Chiqui” Tapia, presidente de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), quien es histórico dirigente de Barracas Central, tanto así que el estadio, construido en su gestión, lleva su nombre. Si alguien quiere pensar en nepotismo es libre de hacerlo...
Es así como Iván Tapia es reconocido en las canchas trasandinas como el hijo del “jefe” del fútbol trasandino. Sin embargo, él por sí mismo tiene un peso importante dentro del camarín albirrojo, puesto que es el líder y capitán del equipo, además de ser el encargado de lanzar los penales.
El mediocampista de 24 años tiene historia con Barracas Central, ya que fue quien portó la jineta en el plantel que consiguió el histórico ascenso del equipo el año 2021 luego de 87 años lejos de la división de honor. Tapia fue uno de los protagonistas de aquella temporada.
Pese a que debutó en 2015, su primer gol llegó recién en abril de 2018, en el empate 2-2 ante Defensores de Belgrano. En la temporada 2019, se dio el lujo de jugar y ascender a la Primera B Nacional junto a su hermano Matías (hoy presidente de Barracas), quien se terminó retirando a fines de ese año cuando tenía apenas 23 años.

Iván Tapia en la mirada de los grandes
El hijo del presidente de la AFA se dejó ver en Qatar junto a toda su familia, donde fue testigo preferencial de la Copa del Mundo ganada por la albiceleste. En esta temporada, Iván ha jugado los nueve partidos del Campeonato Argentino, y marcó un gol de penal ante Sarmiento en la fecha 3, además de dar una asistencia en la fecha 4 en el duelo ante Unión de Santa Fe.
En los últimos meses, el volante ha sido destacado como uno de los mejores elementos de Barracas Central, y en enero tuvo un acercamiento formal desde San Lorenzo, él cual declinó para continuar su carrera en el equipo donde ha jugado toda su vida, y al que confesó solo dejaría por Boca Juniors, club del cual es hincha. Sus declaraciones desataron una ola de críticas en contra de su familia, principalmente su padre, y su presunto fanatismo por los “xeneizes”.