El 5 de febrero, el escalador chileno Juan Pablo Mohr desapareció en algún lugar del K2, mientras intentaba llegar a la cima de la montaña "más peligrosa del mundo" en los Himalayas. Pese a los intentos por encontrarlo, nada resultó y luego de dos semanas el Gobierno de Pakistán decidió cancelar la búsqueda, declarándolo como "fallecido".
Sin embargo, una nueva expedición se está organizando para recuperar sus restos, junto con los de sus acompañantes en la fatídica travesía. Estará a cargo del canadiense Elia Saikaly, quien planea ascender los 8.848 metros de la montaña para encontrar a Mohr, el islandés John Snorri y el paquistaní Ali Sadpara. O, al menos, tener mayor claridad sobre lo ocurrió.
Pero la familia del montañista chileno ya estaba enterada de esta expedición y, de hecho, planean sumarse a los intentos por encontrarlo. "Nos iremos en grupos. Yo viajo el 11 de julio. Y otra parte llegará a fin de mes, cuando se calcula que la expedición esté llegando a la zona en que Juan Pablo se perdió", apuntó su primo, Federicho Scheuch, en diálogo con La Tercera.
"Ya sea que encontremos el cuerpo o no, este viaje también servirá para cerrar una etapa, para sanar la herida que nos dejó la partida de Juan Pablo", agregó Scheuch. "Si se quedaron en la ruta, será más factible encontrarlos. Si cayeron por una grieta o algo así, es casi imposible. Sería como buscar en un desierto".
"Pase lo que pase, encontremos o no JP, sí tendremos más respuestas sobre lo que le pasó. Y eso nos servirá mucho como familia", agregó.
