Cartelera
Este lunes 1 de diciembre, en las dependencias del Centro de Entrenamiento Claudia Schüler del Parque Estadio Nacional, comenzará la Copa Mundial Juvenil de Hockey Césped Femenino 2025. En el torneo, Las Diablas Junior intentarán aprovechar su condición de anfitrionas para meterse en los cuartos de final y, de paso, mejorar lo hecho en la edición anterior, también jugada en Chile, donde la Selección finalizó en el duodécimo lugar.
Japón, Malasia y Países Bajos, una de las potencias mundiales de la disciplina, compartirán el Grupo A con el equipo dirigido por el argentino Alejandro Gómez. En diálogo con En Cancha, el técnico reveló lo que esperan desde las huestes nacionales de esta participación y, además, explicó cómo ha evolucionado el hockey césped en nuestro país en los últimos años.
Lee tambiénCuándo juegan, grupos y nómina de las Diablas Junior en la Copa Mundial Femenina de Hockey 2025“Hemos hecho un salto de calidad con las jugadoras. Vienen muchísimo más comprometidas. Esto no significa que las anteriores no lo estuvieran, pero sí es un grupo que es muchísimo más fanático. Tiene ganas de representar a Chile desde hace tiempo y, sobre todo, tiene ganas de dedicarse al hockey”, reveló el coach mendocino.
-¿Cuál es el objetivo que se planteó esta Selección de cara al inicio del Mundial?
A nivel general, el objetivo es terminar lo más arriba posible y tratar de mejorar los puestos anteriores. Ahora, pensando únicamente en el grupo, intentaremos hacer un partido lo más correcto posible contra Países Pajos, porque sabemos que salir a jugar de igual a igual te puede dejar medio tocado. Sabemos que son el mejor del mundo y que apenas ven una debilidad te la hacen notar, como pasó en el Mundial pasado. Vamos a intentar hacer un partido lo más cerrado posible para llegar con vida a los próximos encuentros.
-Entonces, el segundo cupo se disputaría, entre comillas, con Malasia y Japón, que son dos selecciones que también vienen con un crecimiento relativo...
Exactamente. Esos serían, en el papel, los partidos más jugables para nosotros. La idea es llegar lo mejor posible, tanto físicamente como de cabeza y mentalidad, para enfrentar esos encuentros. Lo que pasa es que en este Mundial clasifica solo el primero de cada grupo. Después queda la opción de avanzar como mejor segundo para pelear en la parte alta. Pero es complicado, porque teniendo a Países Bajos ahí te quita una posibilidad importante de jugar por arriba.
-Este es el segundo Mundial junior consecutivo que se juega en Chile. ¿Qué tanto influye esa experiencia para este nuevo torneo?
Hemos hecho un salto de calidad con las jugadoras. Vienen muchísimo más comprometidas. Esto no significa que las anteriores no lo estuvieran, pero sí es un grupo que es muchísimo más fanático. Tiene ganas de representar a Chile desde hace tiempo y, sobre todo, tiene ganas de dedicarse al hockey.
-¿Y en el proceso anterior, tanto jugadoras como cuerpo técnico, se llevó alguna enseñanza?
El aprendizaje es intentar ser cada vez más competitivos, pero también disfrutarlo. En el Mundial pasado empezamos ganando a Sudáfrica y después, con Australia, hicimos un buen partido dentro de todo. Perdimos 2-0, pero el trámite fue parejo. Eso nos dejó la sensación de que podíamos ir a competirle a Países Bajos, y la realidad es que fue una falsa expectativa que nos generamos y que al final nos terminó golpeando para lo que quedó del torneo... Fue un campeonato difícil porque hubo muchas situaciones internas que sucedieron en el equipo: pasamos desde la intoxicación alimenticia en el hotel que afectó a varias jugadoras, hasta una de ellas que perdió a su papá en pleno torneo.
-Me imagino entonces que lo que pasó fuera de la cancha repercutió en el camarín...
Sí, totalmente. En ese Mundial quedamos bastante tocados y al final no pudimos terminar de disfrutarlo. Después intentamos mantener el mismo objetivo entre jugadoras y staff, pero nosotros veíamos mucho más la realidad de lo que estábamos viviendo. Las chicas, por querer estar en casa y de querer demostrar todo, se fijaron un objetivo más ambicioso que el nuestro. Al final, cuando no vas con el objetivo de todo el equipo, es muy difícil poder cumplirlo.
-Teniendo en cuenta el sinfín de situaciones que ocurrieron en el Mundial de 2023, ¿cómo han trabajado la parte anímica y emocional del plantel?
Lo emocional lo venimos trabajando hace tiempo con un psicólogo que nos ha ayudado mucho. Desde la parte individual, cada jugadora tiene la confianza y la comodidad para hablar con él. En lo grupal hemos tenido mucha actividad en conjunto que también nos ha ayudado para mejorar nuestra mentalidad.
-¿Ahí creen que se pueda sentir algún tipo de “presión” por jugar en casa?
En realidad, la presión la sienten más las chicas, porque vienen a verlas los familiares y las amigas, entonces quieren que sea un buen espectáculo. En nuestro caso, como cuerpo técnico, la presión es estar jugando en casa y querer demostrar que hemos trabajado bien y que se han hecho bien las cosas. También queremos hacer buenos partidos, y por eso aparece un poco esa presión. Pero, en general, la presión se la generan mucho más las jugadoras.
-¿Y cómo han trabajado en el apartado físico y competitivo?
Ahí creo que hemos mejorado bastante. Pero al final, competir poco no te permite ver realmente cómo estás hasta que te enfrentas a la realidad. Hoy te puedo decir que estamos muy bien desde lo físico, técnico y táctico, pero eso se va a ver ahora cuando nos toque jugar. No te digo con Países Bajos, pero sí con las selecciones que están mucho más parejas con nosotros.
-¿Cuál dirías que es la principal diferencia en el hockey césped entre Chile y las grandes potencias, como Países Bajos o Argentina?
La diferencia es la competencia interna que tienen. En el caso de Argentina, que lo tengo más de cerca, es la cantidad de jugadoras que hay. Si una jugadora se duerme, llega otra. Entonces no tienen tiempo para relajarse. Son tantas las jugadoras que quieren estar compitiendo por Las Leonas o por la selección, que viene otra jugadora detrás, y eso es lo primordial. Después está la competencia interna entre clubes. En Países Bajos se nota mucho más, porque tienen todos los países de Europa a una hora. Ellas compiten muy de cerca con Alemania o Bélgica. O sea, están todo el tiempo compitiendo.
-¿Y cuáles son los pasos que tiene que dar Chile, considerando también lo que se puede hacer en este Mundial, para acercarse un poco al nivel de potencias como Argentina?
Nos está faltando meter un resultado que haga un revuelo en el hockey de Chile. Pero los resultados no vienen solos, vienen con mucho trabajo, y el trabajo se está haciendo. La diferencia es que tenemos que salir a competir un poco más. No digo que la Federación o el Comité Olímpico no lo intenten, pero si salimos a competir mucho más y la competencia interna crece en el torneo nacional, vamos a pegar ese salto.
-¿Y se nota esa falta de roce en las jugadoras de Las Diablas Junior?
Hoy hay mucha diferencia entre las jugadoras que están en la selección y las que no, pero todavía no logramos que las seleccionadas marquen la diferencia en el torneo nacional como realmente deberían. A diferencia de Argentina, veo el torneo y las jugadoras de selección hacen tres o cuatro goles por partido, y acá todavía no podemos lograr eso en cada jugadora.
