
Joaquín Niemann ha experimentado en carne propia las difíciles condiciones de la famosa cancha de Torrey Pines, en California, el escenario elegido para la edición de este año del US Open. El tercer Major de la temporada, como es costumbre, no ha tenido piedad con nadie, y son varias las figuras que no lograron pasar el corte del día viernes y están mirando el resto del torneo por televisión.
El golfista chileno no es uno de ellos, ya que tras tener un bajo rendimiento el jueves, el viernes se recuperó para quitarle dos golpes a la cancha y pasar apenas el corte para estar presente el fin de semana.
Sin embargo, Niemann reconoció que las cosas no son sencillas, tras cerrar este sábado su tercera ronda en par, quedando con una tarjeta de +2 para el campeonato. Nada desastroso que le permite estar cómodo entre los 40 primeros del marcador, pero aun lejos de la punta a falta de una sola jornada.
"Es una cancha bastante estresante", reconoció en diálogo con ESPN una vez concluido su recorrido. "Traté de mantenerme lo más calmo posible, sobre todo con estos greens donde no rueda bien la pelota y es difícil leerlos y se ponen cada vez más saltarines".
"Pudo ser una muy buena ronda", agregó Niemann, sobre su desempeño de este sábado. "Me di varias oportunidades, le pegué increíble a la pelota desde el tee, pero no las pude aprovechar. Entre el 9 y el 13 pude hacer birdie en casi todos los hoyos, pero no pegué bien con el putter".
La tarjeta del chileno demostró esta irregularidad, con cinco birdies y cinco bogeys. "Par de cancha en el US Open es siempre positivo y tengo chances de poder dar una buena vuelta mañana (domingo). Si sigo confiando en el putter, en una de esas pueden caer casi todas".







