
Tras no venir a jugar Copa Davis, Alejandro Tabilo refrendó su decisión a punta de resultados en China. Primero alcanzando la final del Challenger de Guangzhou y, ahora llegando a la misma instancia, pero en una escala más exigente, en el ATP de Chengdu.
Una seguidilla de triunfos que le han permitido recuperar mucho del terreno perdido en el ranking, regresando al top 100 y volviendo a ser el N° 1 nacional, superando a Nicolás Jarry.
Pero, además, lo dejaron ad portas de marcar un hecho histórico para el tenis chileno. O en rigor, de repetir una justa que solo él había conseguido.
Tabilo, por la vía larga
Vale recordar que producto de sus malos resultados, Alejandro Tabilo comenzó esta gira por Asia muy lejos del top 100, en el puesto N° 125. Esa posición si bien le permitió entrar de forma directa al Challenger de Guangzhou, hicieron que en Chengdu primero tuviera que pasar por la qualy.

Una instancia previa que superó al ganar dos partidos, a los que se sumaron sus cuatro triunfos posteriores en el cuadro principal para llegar hasta la final. Y eso lo acerca a conseguir uno de los logros más difíciles en el circuito: ganar un torneo ATP viniendo desde la qualy.
De hecho, en la historia del tenis chileno solo pasó una vez... y lo hizo él mismo. Fue en enero del año pasado, cuando Tabilo ganó su primer título en el circuito grande, en el ATP de Auckland.
Esa vez también tuvo que superar a dos rivales en la fase preliminar, para luego ganar cinco partidos más en el main draw, que le permitieron coronarse en Nueva Zelanda.
Una ruta similar a la que ha seguido ahora en China, donde en la qualy primero venció al local Rigele Te, y luego al sudafricano Lloyd Harris.
Ya en el cuadro principal, despachó a dos australianos -Jordan Thompson y Christopher O’Connell-, al segundo cabeza de serie (el italiano Luciano Darderi) y hoy al cuarto preclasificado (el estadounidense Brandon Nakashima).
Su próximo oponente será el más difícil de todos: Lorenzo Musetti, máximo favorito en Chengdu y N° 9 del mundo. Si consigue dar el batacazo, habrá ganado su tercer título ATP y, por segunda vez en la historia, siguiendo el camino largo. Algo que ninguna de las otras leyendas del tenis nacional pudo hacer.