En plena crisis institucional, con Colo Colo en la quiebra y el futuro del club en entredicho, Miguel Ángel Romero (49) llegó al Monumental para cumplir el sueño de cualquier futbolista: vestir la camiseta de uno de los grandes de Chile.
Compartió camarín con Marcelo Espina, Marcelo Barticciotto e Iván Zamorano, disputó la Copa Libertadores y hasta cumplió un anhelo personal: enfrentar a Boca Juniors, el club del que es hincha desde la infancia, en la mítica Bombonera.
En esta conversación, recuerda su paso por el Cacique, revela la cercanía que tuvo para fichar por la U, habla de su fanatismo por Boca, analiza el presente de William Salarcón y Carlos Palacios en el cuadro xeneize, y reflexiona sobre lo que significa jugar —y sobrevivir— en un equipo grande, donde la presión nunca descansa.
-Llegas a Colo Colo en un momento complejo, en pleno proceso de quiebra. ¿Cómo fue esa etapa?
Más allá de la quiebra, llegar a un equipo grande siempre es lo más top para un futbolista. Firmé por dos años, pero jugué poco por la competencia interna. En mi puesto estaba Marcelo Espina, un referente. Aun así, compartí camarín con él, con Marcelo Barticciotto, Iván Zamorano… Fue una experiencia tremenda.
-¿Cómo fue esa competencia con Espina por el puesto?
Yo normalmente jugaba como volante por fuera, pero en San Felipe lo hice más de enlace. Jaime Pizarro me contrató para esa posición. Compartimos cancha en varios partidos, pero él no solía usar dos volantes de enlace. Igual estuve en todas las citaciones y jugué la Copa Libertadores. Aprendí muchísimo en ese camarín, donde también estaban Manuel Neira, Braulio Leal, y empezaba a aparecer Claudio Bravo.

-¿Es tan gigante Colo Colo como se dice? ¿Cómo viviste esa presión?
Sí, sin dudas. En un equipo grande hay mucha más exposición, presión y competencia. Hay que estar enfocado las 24 horas, sin margen de error. La presión está en todos los equipos, pero en los grandes es el doble. Aun así, fue una experiencia única.
-¿Qué recuerdos personales te dejó Colo Colo?
Conocer y compartir con Iván Zamorano, Marcelo Espina, Marcelo Barticciotto… fue tremendo. Vivir el día a día en un club grande es algo que cualquier futbolista sueña. Es lo más alto que uno puede vivir en esta carrera.
-¿Te hubiese gustado tener otra oportunidad en Colo Colo? ¿Tuviste chance de jugar en otro equipo grande?
Sí, en 2001, cuando estaba en San Felipe, tuve contacto con la U. Me reuní con el vicepresidente, estuve muy cerca, pero tenía contrato vigente con San Felipe y no se dio. Más adelante, cuando jugué en Coquimbo o Audax, no se volvió a presentar la opción.
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-¿Hubo algún equipo al que le hubiese gustado jugar? En Argentina, en Chile o en el extranjero.
Sí, yo soy fanático enfermo de Boca.
La pasión por Boca Juniors y su paso por la Bombonera
-¿Enfermo de Boca? Mire usted…
Sí, y tuve la suerte de que cuando estuve en Colo Colo y jugamos la Copa Libertadores, nos tocó compartir grupo con Boca. Jugué contra ellos en el Monumental y también en la Bombonera.
-¿Cómo fue esa experiencia de jugar en la Bombonera?
Hermosa, hermosa. Tuve la posibilidad de ir como jugador con Colo Colo y también fui como hincha. Y creo, sinceramente, no solo porque sea Boca, pero para mí fue una de las sensaciones más lindas que viví en el fútbol. Una experiencia única.
-¿Y cómo nace ese amor por Boca?
Desde mi viejo, desde chico. Mi papá me regalaba la pelota y la camiseta de Boca, y desde ahí me hice hincha. Viene desde la infancia.
-¿Lo impresiona cómo se vive la pasión por el fútbol en Argentina?
Sí, como te decía, la gente allá prefiere guardar la plata y no comer con tal de ir a la cancha, ¿me entendés? Eso es lo que eligen. Es una locura, pero también es hermoso. Se vive con una intensidad increíble.

Su visión de Carlos Palacios y Williams Alarcón
-Hoy dos chilenos juegan en Boca Juniors. ¿Cuál es su opinión sobre el presente de Williams Alarcón?
Sí, yo siempre digo que Boca es un mundo aparte del resto. En el fútbol, en general, el jugador profesional tiene que vivir 24/7 para el club. Pero en Boca, eso debería estar firmado desde el primer día del contrato. Es un equipo tan grande que no te podés equivocar, la presión es constante. En cuanto a Alarcón, quizás no ha tenido el rendimiento esperado, pero hay que considerar que esto es un juego colectivo. Si el equipo no está funcionando bien, es muy difícil que las individualidades puedan destacar, por más talentosas que sean o por muy bien que hayan llegado.
-Y en el caso de Carlos Palacios, se ha hablado mucho, especialmente por temas extrafutbolísticos.
Sí, lo de Palacios es otro tema. Se lo ha criticado bastante por su vida privada. Y yo creo que si las cosas salieron a la luz, es porque algo hay. No hay que desconocer eso. En Boca, y en general en el fútbol profesional, uno tiene que cuidarse. Jugás con tu físico, y eso es lo más importante. Me da la impresión de que Palacios está equivocando el camino en ese sentido. Además, cuando los resultados acompañan, como no le está pasando a Boca ahora, algunas cosas se tapan. Pero cuando el equipo pierde, todo sale a la luz. Y ahí es cuando se nota más quién está enfocado y quién no.
-¿Le generó expectativa la llegada de Carlos Palacios a Boca?
Sí, sí, claro. Porque, bueno, uno siempre compara un poco con Riquelme, ¿no? Él fue extraordinario. El juego de Palacios puede asemejarse en algo, y uno siempre espera mucho. Yo, como hincha de Boca, lo vivo con mucha pasión. Cada vez que llega un jugador, uno lo aprueba o lo desaprueba. Pero también los resultados han sido malos en los últimos tiempos para Boca, y es en esos momentos cuando más te tenés que cuidar de todo. Palacios empezó a viajar mucho, a exponerse más, y eso no suma, especialmente en los momentos difíciles. De todas formas, sin duda que llegó a Boca porque tiene los méritos necesarios.
-Pero Boca es otra cosa, ¿no?
Sí, Boca es otra cosa. Además, como te decía, en los equipos grandes hoy en día, si no ganás, el proyecto no existe. Nadie dura mucho, menos los entrenadores. Primero se corta por los técnicos, incluso si tienen nombre. Eso pasa mucho, no importa quién seas.
-¿Cree que Palacios se sentía más contenido cuando estaba en Chile?
Sí, porque acá estaba su gente, su entorno, su país. Eso es fundamental para el rendimiento. En Boca, tuvo un paso donde el equipo anduvo bien, y eso también ayuda a tapar situaciones negativas, como la exposición que puede tener un jugador.