El paso que tuvo por Universidad de Chile en la temporada 2016/17 sigue vivo en el recuerdo para el exfutbolista argentino Gastón Fernández (41). Hizo buenos amigos, de partida, y además logró un importante vínculo con el entrenador de la U que lo recibió en esa campaña, Sebastián Beccacece.
Si bien la estadía de “La Gata” en los azules no es recordada como extraordinaria, el ex Estudiantes de La Plata tuvo momentos de brillantez, como los 11 goles que marcó con esa camiseta. En ese rendimiento, fundamental fue la figura del ex ayudante de Jorge Sampaoli en La Roja.
Y si con el hoy DT de la Selección de Ecuador tuvo una relación óptima, con la llegada del reemplazante del argentino, Víctor Hugo Castañeda, su estadía no fue tan cálida. En esta conversación con En Cancha Prime, Fernández profundiza en ese camarín azul.
-Más allá de los goles que marcaste, ¿qué balance personal haces de ese año en el fútbol chileno?
Fue excelente. Construí buenas relaciones, que duran hasta hoy. Sigo hablando con ex compañeros o con gente que trabajaba en el fútbol. Y, estadísticamente, fue un año bárbaro, en que pude jugar, hacer goles. Fue un buen paso.
-¿Cómo fue tu relación con Sebastián Beccacece?
Es un entrenador que, desde mí lugar, trato de hacer conocer. No solo como técnico, sino también como persona. Es un tipo loco y con esa imagen de que es una persona difícil. Pero tiene un lado humano tremendo, una parte sensible y que conmigo fue espectacular; pudimos generar un vínculo. Me exigió muchísimo. Recuerdo que en una de las primeras semanas que llevaba entrenando en la U veía que mis compañeros tenían un nivel físico, una energía, que yo no tenía, entonces me pasaban por todos lados. Llegó un momento en que Beccacece me llevó a la sala de videos y me explicó: ‘Gastón, esto lo estás haciendo mal. Tienes que presionar acá, dejar de presionar por aquí’. Tuvimos una charla que, en ese momento para mí no era fácil, porque yo ya era grande, con cierto nombre, con experiencia. A veces, el jugador siente que hay cosas que no quiere hacer o que no quiere mejorar porque cree que se las sabe todas. Con Sebastián, eso me marcó.
-Pero duró poco Beccacece en la U…
Su salida del equipo fue rápida, por no haber tenido buenos resultados, pero fue una experiencia muy buena. Se veía que él tenía un potencial enorme, porque los mismos chicos que lo habían tenido en la Selección sabían que él no era un simple ayudante de campo, sino que era parte integral del cuerpo técnico, con la palabra que les llevaba a los jugadores. Disfruto mucho cuando a él le va bien, porque se transformó en un amigo para mí. Cada vez que se expresa, deja algo, explica muy bien todo.
-Te debe haber afectado entonces la salida de Beccacece después de perder la Supercopa con la UC.
Siento un poco de culpa por la salida de Beccacece, porque el equipo venía con una seguidilla de malos resultados. Fuimos a jugar un partido a Serena, contra Cobreloa si mal no recuerdo, y Sebastián había sido expulsado en el clásico con Universidad Católica y necesitábamos volver a ganar. En ese partido contra Cobreloa cobran un penal, se me ocurrió picarla, que era algo que me gustaba hacer cuando estaba seguro, y lo erré, pegó en el travesaño. Habíamos jugado muy bien, habíamos atacado, con posesión de pelota, con situaciones, pero no podíamos marcar. En una contra nos hacen el gol y se nos puso cuesta arriba. Viene el penal, lo erro, perdemos el partido y vamos a jugar esa Supercopa con la UC a la cancha de la U de Conce.
-Un buen equipo de Católica era ese...
Con Mario Salas tenían un muy buen funcionamiento. Confianza, un (Diego) Buonanotte que estaba en el aire, con (Nicolás) Castillo en el ataque. Se nos hizo difícil, aunque empezamos ganando y yo hice el gol. En el segundo tiempo, lo dieron vuelta y ahí se produjo la salida de Sebastián. La sentimos.
Víctor Hugo Castañeda no convenció a La Gata Fernández
-¿Y cómo enfrentaste la llegada de un histórico como Víctor Hugo Castañeda a la banca?
El cambio fue muy grande. Castañeda tenía un perfil de entrenador totalmente diferente. Al principio, en el primer partido que dirigió, con Palestino, que ganamos, yo sentía que un ídolo de la institución venía a calmar las aguas, a la gente, a generar un ambiente más tranquilo, pero fue todo lo contrario. Ahora ya no estoy para pelear con Castañeda, pero en ese momento él peleaba con todos nosotros; en vez de ponerse del lado del equipo y ver si sacábamos la situación adelante, se puso a pelear con cada uno de nosotros. Se hizo bastante pesado el semestre. La salida de Beccacece a muchos nos golpeó, porque teníamos una relación de confianza y nos gustaba la forma de entrenar, y lo de Víctor Hugo fue más por la línea del conflicto interno.
-¿Y por qué pasó eso?
El hincha de la U es muy pasional y el reconocimiento para sus ídolos es muy grande. Pero, a veces, al ídolo le cuesta separar eso de “bueno, soy ídolo, pero no puedo llevarme todo por delante porque la gente me tiene cariño’. Fue un entrenador que jugó más para la gente que para su propio equipo y la realidad es que en el fútbol si es que no tienes todas las patas de la mesa alineadas, en algún momento la comida se te va a caer. Fue una lástima, porque se perdió un semestre que para un equipo como la U es muchísimo.
-¿Con qué jugadores de ese grupo sigues en contacto?
Tengo excelente relación con Gonzalo Jara. Hablamos también con Jean Beausejour, con Pipe (Felipe) Mora. En general, cuando voy a Chile también nos vemos con Juan Leiva, que ahora está jugando en O’Higgins. Me llevé muy bien con todos ellos. Los argentinos que estaban en ese momento también, Gustavo Lorenzetti, Matías Rodríguez, Tuto (Fernando) De Paul, que ahora ataja en Colo Colo. La pasamos bien.
-¿Y en la cancha, con qué jugadores te llevaste mejor?
Con Jean Beausejour tuvimos una muy buena conexión dentro y fuera de la cancha. Es un futbolista de mucho nivel y, conceptualmente, teníamos la misma idea. Él también había tenido muy buenos entrenadores y entendía situaciones de juego con apenas una mirada. Con Pipe Mora también me complementé muy bien, un goleador tremendo y a quien agarramos joven, que venía creciendo y lo aprovechamos mucho. Cuando la relación entre los dos atacantes del equipo fluye y no hay egoísmos eso favorece. Con Pipe me pasó.
-Era un equipo con nombres importantes. ¿Qué falló para que les alcanzara solo para el séptimo lugar?
Estaba Lorenzo Reyes también. ¡Qué jugador el Lolo! ¡Tremendo! Teníamos un equipo para hacer muchísimo más. Fue una etapa de Sebastián Beccacece que fue diferente a lo que él después comenzó a demostrar con Defensa y Justicia, porque esa U era un equipo que sometía, teníamos poca posesión, éramos directos, con la defensa en mitad de cancha. Pero cuando no concretas todo lo que generas, el rival te agarra de contragolpe, te genera y te lastima. Así fue la mayoría de los partidos que perdimos con Sebastián. Eran todos de la U, atacando, presionando, y en las contras nos terminaban ganando. Si hubiésemos tenido al Sebastián de Defensa y Justicia, ese equipo de la U hubiera podido competir internacionalmente a gran nivel. Teníamos jugadores chilenos de Selección, yo estaba muy bien físicamente, con experiencia, me sentía bien. Con recambio, que empujaba, pero a veces conformar el mejor plantel posible no te garantiza resultados. Una lástima.
