Jorge Contreras (65) se detiene uno segundos para contestar si la crisis que vive hoy la Roja -consagrando ahora su cuarta ausencia consecutiva en un Mundial adulto- y el fútbol chileno en general es la más grave y profunda que le ha tocado ver.
“Seguramente sí”, responde finalmente Coke. Y detalla para sostener la afirmación. “Me acuerdo que en la década de los ’70 la actividad estaba en problemas graves en lo administrativo. En esa década, e incluso a principios de los ’80, no era raro que, por ejemplo, los jugadores cobráramos ‘el día 45′ de cada mes... Era una situación delicada, pero había una diferencia: siempre salían buenos jugadores. Mire lo que fue Chile en el Mundial de 1974 con futbolistas de la talla de Elías Figueroa, Chamaco Valdés, Carlos Reinoso y Sergio Ahumada. Se vivía en tiempos donde todo era precario a nivel interno del fútbol y por cierto que había períodos de malos resultados, pero siempre salían jugadores. Hoy ese es el gran problema: hay crisis general y, además, no salen camadas de buenos jugadores y eso se refleja en la caída que ha tenido la Selección”.
-Lo curioso es que esta crisis profunda se produjo inmediatamente después de la mejor etapa competitiva de Chile con la clasificación a dos Mundiales consecutivos, donde se pasó a segunda ronda, y se obtuvieron dos títulos de la Copa América. ¿Cómo se explica eso?
Es raro lo que voy a decir, pero creo que, finalmente, todo lo bueno que se hizo años atrás terminó por perjudicarnos...
-¿Por qué?
Porque lo que consiguió Chile a nivel competitivo nos quitó la inquietud de volver a empezar. Y estoy hablando a nivel general, de dirigentes, de entrenadores, de medio en general. Creímos o quisimos ver que la Generación Dorada iba a ser eterna y todos optamos por creer en eso dejando de lado el trabajo a futuro, que es lo que hoy estamos pagando.

-Hoy, cuando se analiza todo, cuando se buscan respuestas, muchos llegan a la conclusión de que la Generación Dorada finalmente fue la alineación de los astros en el momento preciso y que no fue fruto de un trabajo o de un proceso muy profundo...
Difiero de eso porque efectivamente para la consolidación como equipo y como plantel, la mano y el trabajo técnico de Marcelo Bielsa fueron fundamentales. Todos estos chicos que, obviamente, tenían condiciones, tuvieron su impulso para convertirse en grandes figuras con las herramientas que les dio Bielsa. Y se lo puedo demostrar con dos casos. Arturo Vidal no fue de los preferidos de Bielsa en un principio porque no cumplía funciones que él quería. Cuando Vidal empezó a entender eso, creció como jugador. Lo mismo el caso de Chupete Suazo. Nunca en su carrera, antes de encontrarse con Bielsa, fue un delantero que presionara la salida del rival. Era un goleador, claro, pero le faltaba trabajo táctico y eso lo aprendió y asumió jugando con Bielsa.
-¿Tanto influyó Bielsa?
Así es. La gente tiende a creer que los jugadores nacen y se forman casi naturalmente. No es así. A los futbolistas los hacen los entrenadores.
El golpe político en la ANFP: el comienzo del fin
-Bielsa tiene un aura especial para el medio local, pero se le critica no haber diseminado su propuesta a nivel nacional, su modo de trabajar. Fue poco abierto con sus propios colegas, no les abría las puertas de Pinto Durán, por ejemplo.
Sin duda que él era así y que por cierto a muchos nos hubiese gustado tener más interacción. Dicho esto, también nosotros fuimos poco receptivos para seguir lo que él nos estaba mostrando a nivel de la Selección. Y pucha que era algo para seguir. Yo me acuerdo que cuando vi el debut de Bielsa en un amistoso ante Suiza en Europa, no podía creer lo que estaba haciendo Chile. Presionaba la salida del rival, jugó casi todo el partido en el área suiza y llegó al arco varias veces. Yo, que fui seleccionado nacional, me acordé cómo mis entrenadores decían que jugando fuera de Chile había que hacerlo arropadito, metidos atrás. Ese tipo de juego, esa manera de presionar, no fue replicada por ningún equipo chileno en la competencia interna. Por eso digo que faltó inquietud en los DT nacionales para aprovechar lo que nos estaba mostrando Bielsa.
-Bielsa no tuvo relación alguna con el trabajo de las selecciones menores. ¿No era esa también una misión que él tenía?
Él fue contratado para llevar a Chile a un Mundial y se enfocó en eso, claramente. Pero una cosa: si bien no tuvo injerencia alguna en el trabajo de los menores, ideó este grupo de sparrings que, de alguna manera, le dio tiraje a algunos jóvenes.
-Pero aquel era un grupo para entrenar. De hecho, muy pocos de esos sparrings llegaron a la Selección mayor.
Sí, puede ser. Pero tal vez ese grupo podría haber tenido mayor proyección si Marcelo Bielsa continuaba tras el Mundial de Sudáfrica, algo que no pasó por esas pugnas políticas que hubo en la dirigencia y que terminaron con la salida de Harold Mayne-Nicholls de la ANFP y, consecuentemente, con la partida de Bielsa. Ahí comenzó a derrumbarse todo.

-Pero tras esa salida, y con la transición de Claudio Borghi, llegó Jorge Sampaoli donde se consolidaron los triunfos de Chile…
Por cierto, Sampaoli tuvo el tremendo mérito no sólo de mantener el nivel y la propuesta de Chile, sino que de ganar la que yo llamo la Copa América de verdad, esa de 2015. Se habló del “enjambre” y que era la misma presión que instaló Bielsa como concepto. Pero creo que ahí estuvo el momento preciso para ir lentamente generando alternativas de recambio. Y Sampaoli no quiso. Y tuvo opciones con la Selección Sub 20 de Mario Salas que tenía jugadores como para empezar a alternar en la adulta.
-Igual, tras la salida de Sampaoli, Chile fue campeón de la Copa América 2016 con Juan Antonio Pizzi como DT.
Pero eso ya fue con el vuelito que venía de antes. Con lo que quedaba aún de lo bueno que se había hecho al principio con Bielsa. Pizzi no tuvo ninguna exigencia por parte de los dirigentes para iniciar un nuevo trabajo de formación de una Selección de futuro. Y los que vinieron después, tampoco lo hicieron, porque nunca se les puso como parte de su labor. Por eso llegamos al actual estado. Eso ya no debe ocurrir. Al que venga se le debe exigir que, aparte de llegar al Mundial, trabaje a futuro. No nos podemos perder de nuevo las oportunidades de crecer. Ya lo hicimos y nos costó caro.