
Carlos Ramos (67) no olvidará nunca la última vez que estuvo con Manuel Pellegrini. En una de sus visitas a Chile, desde el Colegio de Entrenadores lo contactaron para hacerle un reconocimiento. El técnico del Betis respondió de inmediato, afirmativamente, llegó a la sede de los técnicos por su propia cuenta y los dejó impactados por su compromiso con el gremio.
Pero más allá del gesto, Ramos considera que a Pellegrini no se le puede desperdiciar y que se ganó un lugar en el fútbol chileno que el propio técnico debe elegir. “Su sabiduría y experiencia hay que aprovecharlas”, dice con la aprensión de quien observa que puede suceder que el mayor entrenador chileno de la historia finalmente no llegué.
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-Manuel Pellegrini es un socio al día del Colegio de Entrenadores de Chile, ¿no?
Manuel Pellegrini es un monumento, porque es una demostración de pertenencia, de identificación tremenda con el Colegio. Cuando vino hace un tiempo de vacaciones, luego de una gran campaña en España, lo llamamos para invitarlo. Él llegó inmediatamente, solo, por su propia cuenta. Le entregamos un reconocimiento, y la gente que estaba invitada, que no fue mucha porque queríamos mantener un poco la privacidad y conversar con él, quedó muy sorprendida cuando lo primero que dijo fue: ‘Para mí es una obligación estar acá’. O sea, que te lo diga Manuel Pellegrini resalta el compromiso. Lo que ellos en un momento quisieron hacer, y que yo tengo el privilegio, el orgullo de continuar, es esa identificación que tiene que tener el técnico con su Colegio, con su gremio. Hasta el día de hoy, cuando le hemos pedido algo a Manuel, siempre está.

-¿Ve a Manuel Pellegrini volviendo a Chile?
Nos encantaría. Lo decimos en todos lados. A pesar de que Manuel puede ser entrenador de la Selección, me encantaría que fuera el Director Técnico Nacional, porque no podemos perder ese cerebro, ese disco duro. La experiencia la tiene que entregar, o sea, es como los grandes artistas. Es poca la gente que en Chile sale extranjero y obtiene el triunfo que ha tenido Manuel, hay que aprovecharlo en la vuelta. Manuel tiene 72 años, sabiduría, experiencia en todos los países que tuvo, de cómo se manejan los clubes. Sería maravilloso que él lo pudiera plasmar, desarrollarlo en Chile a través de la Federación. Incluso, me encantaría que fuera presidente de la Federación de Fútbol de Chile.
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El monopolio del INAF y la fábrica de cesantes
-Arturo Salah era partidario, o la corriente de pensamiento que suscribe, de que un entrenador de fútbol solo debía ser un ex jugador. ¿El Colegio de Entrenadores tiene alguna opinión al respecto?
Arturo es muy cercano al Colegio, es un gran líder, un referente muy admirado, y no deja de tener razón en ciertas cosas como la que estamos planteando. Pero nosotros entendemos que también hay situaciones que han ocurrido en el mundo del fútbol, donde hay técnicos que han hecho de sus capacidades más bien teóricas, de conocimiento, un liderazgo fuerte en algunos clubes. No deja de tener razón Arturo que toda esa experiencia que tiene un jugador en un camarín, no hay libro que te lo dé. Por ahí va aquella opinión, eso que se hablaba de ‘los marcianos’. Hay muchos muchachos que salen como locos al mundo, a querer dominarlo, conquistarlo, a dirigir a Colo Colo, y la realidad con que se encuentran es otra. Es un poco triste para nosotros cuando aquellos técnicos, incluso los que han jugado profesionalmente, salen y no ven ninguna perspectiva para ellos. El tema actual del técnico, sobre todo de divisiones menores, es que cuando empiezas en condiciones no adecuadas, en cuanto a remuneración, a condiciones de trabajo, se hace muy difícil.
-¿El Colegio de Entrenadores tiene alguna atribución desde el punto de vista legal, laboral o gremial sobre los técnicos que llegan a dirigir a Chile? ¿Pueden exigir una prueba de suficiencia o de evaluación?
Cuando hablamos que el sistema está tomado y está manejado muy bien entre comillas, es porque esa evaluación en un momento la hacía la Federación de Fútbol de Chile en conjunto con los técnicos. Era muy exigente. Después pasó derechamente al INAF. Hay anécdotas muy buenas que pueden ser contadas por la misma gente que trabaja ahí, si se atreven, de entrenadores que llegaron a Chile a dar su evaluación, y que no pasaron la prueba. El problema es que como Colegio no tenemos la facultad que tiene el INAF, al que la Federación le pide hacer una evaluación del técnico que viene de afuera, pero que no es muy estricta ni exigente. De hecho, hay técnicos que han dirigido igual. Han habido recursos, protestas para que aquellos técnicos no puedan dirigir. Yo he tenido dos o tres enfrentamientos con algunos empresarios al respecto. En un momento, un ex técnico de Calera, Luca Marcogiuseppe, no tenía las atribuciones para dirigir. Y después nos llegó, como de milagro, un certificado.
-¿Cómo es la relación del Colegio de Entrenadores con el INAF?
Es buena. Tengo muy buena relación con el director del INAF, Martín Hoces. Es una persona muy educada. Hemos tenido conversaciones muy valiosas. También hay que entender que ellos dependen de la ANFP. Es el gran tema. El punto es que el día de mañana, quizás cuando ya no esté, pero lo voy a dejar medio encaminado ahora que tenemos recursos, hay que romper ese monopolio, porque en Chile no puede haber monopolios.

-Se refiere a que solo el INAF puede otorgar el título de entrenador profesional.
Sí, como en Uruguay, Argentina y otros países. Acá en Chile, solo a través del INAF, es decir, de la Federación, se puede obtener. Hemos tenido que interceder por colegas que vienen de haber hecho un curso en Argentina, para que puedan ser aceptados acá, para que den su prueba y puedan dirigir en Chile. La pretensión del Colegio es que no necesariamente tenga que pasar por el INAF para obtener el título de entrenador profesional.
Lo que decían los antiguos: la práctica hace al maestro
-¿El Colegio de Entrenadores también quiere implementar una academia o instituto?
No tan solo nosotros, también las universidades podrían implementar la carrera. Hemos tenido algunas conversaciones, pero tenemos el pero de que la autorización para poder dirigir profesionalmente es a través de la Federación. Es una inquietud que tenemos hace tiempo. Lo planteé en su momento, pero no teníamos los recursos, hoy sí tenemos algunos, porque es una pelea grande. Pero la ley nos protege, la Constitución. No puede haber monopolio y no hay otra posibilidad de ser técnico, de dirigir en Chile, si no estás en el INAF, salvo que lo hagas afuera. Y si llegas a Chile, te ponen obstáculos, te dicen que hay que hacer el curso de nuevo o no te validan.
-¿Y qué opina del nivel de enseñanza que imparte el INAF, de la calificación académica con la que salen los entrenadores en Chile?
Ma parece de un buen nivel en lo teórico. El tema práctico es más complejo. Es lo que decían los más antiguos (José) Sulantay, (Luis) Santibáñez, la práctica hace al maestro. Es una gran noticia para nosotros que al Colegio hayan llegado chicos del INAF, muchos que no han jugado fútbol, a los que les es mucho más difícil hacer la carrera. Martín (Hoces) y Lucho Rodríguez, que está a cargo de la de la carrera, se enojaron cuando dije que el INAF es una fábrica de cesantes. En el fondo, hay algo de razón, porque muchos chicos que salen de ahí, la única posibilidad que tienen es dirigir en escuelas de fútbol, en talleres deportivos o hacer su propia escuela de fútbol. No tienen ninguna posibilidad de dirigir profesionalmente. No quiero despreciar lo que hace el INAF, lo valoro, creo que los chicos vienen bien preparados en el aspecto teórico. Pero con nosotros ellos buscan lo otro, la parte del carácter, de la personalidad para enfrentarse a 30 tipos sentado al frente tuyo. Eso no se estudia.
-¿Y qué es lo que le puede entregar en esa línea el Colegio Entrenadores a esos alumnos que no tienen, digamos, la calle o la cancha?
Somos partidarios de las conversaciones con referentes. Cuando hay un técnico joven que quiere conversar con un Fernando Díaz o un Mario Salas, concertamos esos encuentros. Impartimos un curso de Psicología del Liderazgo, porque es fundamental. El técnico puede tener todos los conocimientos del mundo, pero si no sabe llegar a los jugadores con su mensaje, si no tiene la personalidad para resolver situaciones que ocurren normalmente en un camarín, es complejo.