El ascenso de Deportes Limache hasta la élite del fútbol chileno ha sido meteórico. Desde la Segunda División, en 2023, ganando la Primera B en 2024, hasta el año en curso, en que el elenco de la Quinta región interior por vez primera participó en la máxima categoría del ordenamiento futbolístico nacional.

Y, si bien novedosa la presencia limachina en la Primera para esta temporada, los pronósticos no eran del todo favorables. Pocos pensaron que el equipo tuviera los quilates para mantenerse en la división y el año fue una constante lucha por zafar de los puestos de abajo. Al final, Deportes Limache lo logró: gracias a una arremetida final espectacular, los cerveceros seguirán en la primera categoría en 2026.

Uno de los principales artífices del éxito es el entrenador Víctor Rivero (45), quien recibe a En Cancha Prime para analizar en profundidad la inolvidable primera campaña en Primera de Deportes Limache.

El ex arquero explica, para adentrarse en el tema, cómo es por dentro el club que dirige: “El mayor potencial de Deportes Limache son las personas que lo componen, ahí está nuestra fuerza. Como aquí no hay un modelo a seguir, somos un club sin historia, hemos ido generando el arraigo año a año y es ese sentido de amateurismo el que nos ha permitido permanecer en Primera División y que, en un periodo de tres años estemos peleando la posibilidad de un título y un cupo internacional. Lo que tengamos que hacer para que el club crezca, lo hacemos. Si se supiera la realidad del club, donde se entrena, la infraestructura, la indumentaria, todo lo que hace cada funcionario del club, no seríamos un modelo a seguir”.

-¿Cómo? ¿Dice usted que en Limache no se trabaja con las condiciones que se debería?

No, no. Me refiero a que nosotros trabajamos con lo mínimo y es eso lo que nos ha hecho más fuertes, porque queremos empujar el barco hacia adelante. En ese sentido, todos se ponen el overol. Este año, por ejemplo, pudimos traer a dos jugadores de renombre, César Pinares y Alfonso Parot, de una realidad totalmente distinta, desde uno de los clubes elite del fútbol chileno y sudamericano, como Universidad Católica, y entendieron perfectamente la dinámica del club. Ese es el principal potencial de este club.

El entrenador ha acompañado a Deportes Limache en todo el proceso hasta la Primera División. Foto: Agencia Aton.
Víctor Rivero.El entrenador ha acompañado a Deportes Limache en todo el proceso hasta la Primera División. Foto: Agencia Aton.

-Es decir, más que una crítica, usted explica una realidad, la que de todos modos es digna ¿Entendí bien?

Exactamente. Este club no cuenta con lo que tienen otros clubes, pero siempre se trata de mejorar y de hacer algo para que la institución crezca. Como muestra, no teníamos el mayor presupuesto, pero terminamos por arriba de equipos que se armaron para copas internacionales. No tenemos quizás la mejor cancha, pero nos hacemos fuertes en el estadio de Quillota, porque sabemos que es un terreno difícil. Sí tenemos lo que se debe en un club profesional, como concentraciones, viajes en avión, buenos hoteles, buenos buses, pero en este proceso de crecimiento y de adaptación, nosotros nos hacemos fuertes frente a las cosas en que los otros equipos nos superan.

Generando identidad en la comunidad limachina

-¿Cuál es el plan inmediato de Deportes Limache? Porque el ascenso desde todas las series ha sido vertiginoso…

Cuando llegamos al club y empezábamos con este proceso, apuntábamos a esto. Quizás no en el tiempo mínimo, sino en un periodo de cinco años. Siempre hemos ido hablando que este crecimiento hay que llevarlo de forma aterrizada, porque si hoy nos ponemos a pensar en un torneo internacional, hay que saber que cada equipo que clasifica, el mismo año pelea el descenso y con posibilidades de descender. Hoy era mantener la categoría y se nos fue dando lo de la Copa Chile y, bienvenido, pero tenemos también aspiraciones respecto de infraestructura, de mejoramiento de nuestras divisiones inferiores, que en algún momento juguemos en Limache. Nunca hay que descuidar la parte deportiva, que todo lo que hayas ganado no lo pierdas por desenfocarte.

-¿La idea entonces es...?

Tratar de llegar a una copa internacional, que todo lo que te genera una participación internacional vaya en beneficio del crecimiento del club y, como lo hemos hecho en estos tres años, reinventarse en el éxito…

-¿Se ha ido generando en la comunidad una base de seguidores? ¿Ha crecido el sentimiento por Deportes Limache, una identidad de club?

Hay una historia anterior del club, cuando era Municipal Limache, que participó en Tercera B, ascendió y luego estuvo en Tercera A y allí fui partícipe, hace 25 años. Recuerdo que ese club en Tercera B jugó la definición por el ascenso ante 3 mil o 4 mil personas. Después tuvo muy buenas campañas en la A. Luego, cuando llega la refundación, como Deportes Limache, también asciende de Tercera B a Tercera A, para posteriormente entrar en una crisis económica. Cuando el club fue comprado, iban 50 o 100 personas, las que siguen yendo. Una vez que la institución empieza a conseguir logros deportivos, porque no olvidemos que Limache perdió dos finales para ascender a Segunda División, una de ellas ante Concepción a estadio lleno, ya se empieza a generar identidad.

-La gente empezó a saber más sobre Deportes Limache…

Al convertirse en un club más mediático, con la campaña histórica del ascenso desde Segunda División a Primera B, generaba más empatía. Empezó a provocar aceptación en la comunidad. Lo fundamental es que estos niños, que han visto los logros deportivos, que ven al equipo competir de igual a igual con Colo Colo, con la U, con Católica. Que lo ven ganar la Liguilla, entrar a la final de la Copa Chile, se genera una identidad importante. Nuestras divisiones inferiores están compitiendo a nivel ANFP, cuando antes los chicos tenían que ir a Wanderers, Everton o San Luis. La Sub 15 salió campeona regional… Los niños de 5, 6 o 7 años ya no piden la camiseta de los equipos de Santiago o de Wanderers, sino la de Limache. Tener a 200 o 300 niños participando de escuelas de fútbol o divisiones menores, significa 200 o 300 niños fuera de las drogas y del alcohol.

-¿Hay planes de un estadio?

Se está produciendo algo social que sería bueno que viniera de la mano con una localía, pero eso no depende de nosotros, sino de las autoridades. Clasificar a una copa internacional ayudaría a que las autoridades creyeran en nosotros.

Deportes Limache logró la salvación en su primera temporada en Primera División. Foto: Agencia Aton.
Víctor Rivero.Deportes Limache logró la salvación en su primera temporada en Primera División. Foto: Agencia Aton.

La histórica primera campaña en Primera División

-¿Cómo tomaron como club el desafío de jugar en Primera División? Porque es una realidad inmensamente más difícil de la que estaban acostumbrados…

Con solo decirte que al otro día de haber ascendido se estaba trabajando en la conformación del plantel. Lamentablemente, uno como técnico debe tomar decisiones con la cabeza y no con el corazón y jugadores que habían sido parte de los dos procesos anteriores no pudieron estar en los planteles de ahora. La clave ha sido reinventarse y salir a defender lo que has ganado.

-Y, como entrenador, ¿de qué manera diseñó el plantel 2025?

Cuando te toca administrar con menos billetera, tienes que hacer una gestión importante y nos hemos preocupado desde hace bastante tiempo de trabajar con anticipación. Como subimos desde Segunda a Primera B con cuatro meses de ventaja, se pudo formar un plantel competitivo. Pero ahora dimos el salto a Primera en muy corto tiempo y, lamentablemente, fuimos el último equipo en terminar el año pasado, en salir al mercado, así que apostamos más que nada por jugadores con ambición. Sabíamos que la única manera de competir en Primera División era hacer un equipo duro desde lo físico, con jugadores con hambre y que conocieran nuestra forma de jugar, desde la exigencia. Así quisimos equiparar la jerarquía y los tiempos de trabajo de los otros equipos. Ese tiempo de adaptación nos llevó a que en las primeras ocho o 10 fechas sumáramos apenas cuatro puntos.

-¿Pensó en algún momento que la permanencia en Primera División era imposible?

Nos habíamos hecho la idea, desde principios de año, que nos iba a tocar sufrir y por eso teníamos que estar preparados. Siempre tuvimos la convicción de que nos quedábamos en Primera y nos aferramos a eso. Lo que nos vino muy bien fue el tema de la Copa Chile, porque allí perdimos un solo partido, tenemos nueve victorias consecutivas y ganándole a Coquimbo los dos partidos. En los momentos difíciles, eso nos ayudaba en la confianza.

-Radical diferencia lo que pasaba en Copa Chile con lo del Campeonato Nacional…

A pesar de que siempre estuvimos en una situación de descenso, incómoda, el equipo intentaba jugar. Los partidos se perdían por detalles. Sufríamos golpes duros, porque generalmente nos marcaban después del minuto 90, entonces levantar al equipo emocionalmente era nuestra misión cada inicio de semana. Para mí, como entrenador a cargo, mi mayor desafío en estos diez años de profesión fue gestionar un grupo en la adversidad. Me había tocado lograr campeonatos, ascensos, liguillas en Primera B, pero no había experimentado ese tipo de gestión. Ese ha sido el mayor crecimiento que he tenido como entrenador.

El DT de Deportes Limache, junto al defensor Alfonso Parot. Foto: Agencia Aton.
Víctor Rivero.El DT de Deportes Limache, junto al defensor Alfonso Parot. Foto: Agencia Aton.

Respaldo directivo y afectos familiares

-Cuando un equipo no funciona o está en la parte baja, el entrenador es el que siempre paga. ¿La confianza siempre estuvo? ¿La relación familiar que usted tiene con Deportes Limache fue factor? O esas aguas están totalmente separadas…

Sacando el contexto familiar, que los dueños del club son mi familia, cuando partió este proceso nosotros nos juramentamos que, fuera como fueran los resultados, nos íbamos a mantener los tres años. Eso quería decir que si a mí me iba bien en Segunda División y me venían a buscar equipos de Primera o de Primera B, yo me mantenía en Limache. En la B tuvimos una racha negativa, nos mantuvimos fuertes y terminamos ascendiendo. La tónica en Primera División es que cuando no se dan los resultados se saca al cuerpo técnico, pero eso no te garantiza que vaya a haber un cambio. Los cuatro equipos que pelearon el descenso tuvieron cuatro técnicos distintos durante el año. Ahí es donde tiene que venir el mensaje a nivel de club de las confianzas. Hoy, a lo mejor, me van a salir a mí posibilidades de ir a equipos donde se pelea por cosas más importantes, pero haber logrado esto en Limache es algo que lo hago mío. La idea es mantenerme acá y seguir creciendo.

-El matagigantes le pusieron a Limache por los partidos que les hizo a los grandes. ¿Cómo recuerda esos enfrentamientos?

Este año es más meritorio lo que hicimos contra Coquimbo que contra los grandes. Coquimbo perdió un solo partido en el campeonato y nosotros le ganamos dos partidos en una semana en Copa Chile; y estuvimos a punto de ganarle un tercero, que íbamos arriba 1-0 y que después expulsaron a (César) Pinares y (Dylan) Portilla. Voy a ser sincero: como cuerpo técnico apelábamos a que estos partidos les significan trascender a los jugadores. En la historia dice que, en su primer año, Colo Colo no pudo derrotar a Limache en cuatro partidos. Hay veces en que hay campeonatos que la gente no recuerda, pero hay partidos o a jugadores que sí quedan en la memoria y eso buscábamos nosotros, la trascendencia. Hoy que Popín (Daniel Castro) pueda ir a Colo Colo, a la Selección, es por su gran año, su gran desempeño y todos lo van a recordar por esos goles que le hizo a Colo Colo.

-Eso queda en la historia, entonces…

Nuestro debut fue en el Monumental, con el equipo del Centenario y nos paramos de igual a igual con Colo Colo. Y en ese partido no estaban ni Parot ni Pinares. Entonces, el equipo entendió el mensaje, la humildad bien entendida, que también te hacer ser irreverente, te hace rebelarte ante situaciones adversas o partidos que nadie te da por ganador.

-¿Qué tan importante fue para la salvación la llegada de Facundo Pons? (Arribó en agosto y marcó seis goles en nueve partidos).

¡Uf! Nos sobrepusimos a una baja importante, como la de Nelson da Silva (luxación de tobillo, fuera por el resto del año). Dentro de la escasez de un plantel reducido, él era fundamental por el juego que nos permitía, con los dos extremos nuestros, Daniel (Castro) y Lucho (Guerra). Nelson es un 9 atípico, porque es profundo, te ayuda en la presión, no deja al rival salir con claridad; aguantador, chocador y goleador. Tuvimos que salir a suplirlo, lo tuvimos fuera en la primera rueda por dos meses y después en la segunda, cuatro. Eso te liquida. Facundo estaba en nuestro análisis, se alinearon algunas cosas, como que él había tenido una suspensión de cuatro fechas en Argentina, su equipo ya no peleaba, así que se le dio la oportunidad de venir. Nelson tuvo que renunciar a jugar una vez que se recuperara, pero es lo que dije anteriormente: esa humildad, al servicio del equipo.

Facundo Pons celebra el crucial gol que le anotó a Unión Española y que allanó el camino a la salvación. Foto: Agencia Aton.
Deportes Limache.Facundo Pons celebra el crucial gol que le anotó a Unión Española y que allanó el camino a la salvación. Foto: Agencia Aton.

Una “final del mundo” para Deportes Limache

-Y llegamos al partido más importante del año para Deportes Limache, la “final del mundo” ante Unión Española. ¿Cómo vivió esa semana previa?

Tratamos de darle tranquilidad al equipo. Nos vinieron muy bien las elecciones presidenciales, porque veníamos de jugar tres partidos muy difíciles: Colo Colo en el Monumental, que jugamos 60 minutos con 10 y lo empatamos al último; con Palestino, a la semana siguiente, y con la U, que lo perdemos 4-3. Veníamos de tres partidos en que podríamos haber logrado más puntos y tuvimos mucho desgaste, así que nos vino excelente esa semana de elecciones, para recuperar físicamente. Llegamos con lo justo, con jugadores recuperados dos días antes del partido. Tratamos de traspasarle la presión a Unión, lo que significaba un equipo con historia, que hasta el empate nos permitía seguir dependiendo de nosotros. Apelamos al control emocional, esa fue la clave de todo.

-¿Cómo le habló al plantel en ese camarín, antes del partido?

No hicimos nada que no hiciéramos antes. Fue fundamental no entregar información exagerada, que los jugadores no sintieran sensaciones que no hubieran vivido el resto del año. El proceso era darles tranquilidad, convicción. Íbamos a estar en un contexto que jamás habíamos vivido, solo una vez, el año pasado contra Rangers, nunca habíamos jugado de local con 7 mil personas. Iba a haber un público que quizás nos iba a pedir “ir” y nosotros no estábamos para eso. Quizás también sería un público que no era de fútbol, con una entrada a mil pesos, por lo que podía empezar ese murmullo… El equipo mostró mucha madurez.

-¿Por qué lo terminó ganando Limache?

Por ese sentido de pertenencia que ha logrado el equipo, por amor propio…

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