La Selección Chilena estuvo, entre el 15 de octubre de 2019 y el 8 de octubre de 2020, prácticamente un año sin jugar partido alguno. La Roja –el mundo entero, en realidad- detuvo casi por completo su marcha debido a la Pandemia del Covid – 19 y, al analizar los números registrados después del parón por el evento mundial, el rendimiento ha sido de regular para abajo: Chile solo pudo vencer a equipos de escasa jerarquía y, cada vez que tuvo que enfrentar a un rival de igual o mayor valía (salvo un partido con Perú), indefectiblemente perdió.
Desde que volvió al ruedo en el duelo eliminatorio con Uruguay en Montevideo (1-2, el 8 de octubre del año antepasado), la Selección ha disputado 28 partidos, de los cuales ha ganado ocho, empatado siete y perdido 13. Ha marcado 27 goles y le han convertido 38.
Cuesta encontrar momentos de brillantez en este transitar de la Roja post pausa pandémica. La mayor racha de imbatibilidad se registró entre el 26 de marzo y el 21 de junio de 2021, en que el equipo logró encadenar seis partidos sin derrotas. Sin embargo, el periodo queda instantáneamente manchado por un empate 1-1 como local ante Bolivia (8 de junio, San Carlos de Apoquindo) que terminaría siendo clave en la eliminación mundialista. Entre esas fechas, Chile venció a los propios altiplánicos en un amistoso en Rancagua (2-1) y en la Copa América de Brasil (1-0). Además, empató con Argentina tanto por eliminatorias (1-1, Santiago del Estero) como por Copa América (1-1, Río de Janeiro) e igualó con Uruguay en Cuiabá (1-1), también por el torneo continental.
El entusiasmo duró muy poco
Luego de la Copa América, Chile tuvo un durísimo transitar por las eliminatorias a Qatar 2022. Enfrentó cuatro duelos por los puntos y apenas cosechó una unidad, con el empate sin goles en Quito (5 de septiembre de 2021). Los otros tres partidos (Brasil en Santiago, Colombia en Barranquilla y Perú en Lima) terminaron con derrotas y la ruta hacia el Medio Oriente se hizo cada vez más cuesta arriba.
Hubo, sin embargo, un momento de ilusión. Con la soga al cuello, La Roja enfrentó nuevas fechas dobles eliminatorias y el rendimiento en los primeros tres partidos abrió una luz de esperanza. Con el fanatismo por Chile –y en especial por Ben Brereton- en pleno apogeo, la Selección venció consecutivamente a Paraguay y Venezuela en Santiago (2-0 y 3-0) y luego a la misma Albirroja en Asunción (1-0)… Nueve de nueve y la ilusión de vuelta, pero en el choque más importante, en el que se metía nuevamente en la discusión, el conjunto que en ese entonces dirigía Martín Lasarte cayó con Ecuador en San Carlos de Apoquindo y echó una palada de tierra importante a la ilusión mundialista.
De allí en adelante, ocho partidos en que solamente se ganó a El Salvador en un amistoso en Estados Unidos y a Bolivia en La Paz por eliminatorias. El resto, un empate (México, en Austin, Texas) y cinco derrotas.
Una realidad que choca
El balance es extremadamente magro. Los números son implacables, pues en 28 partidos jugados, Chile solamente ha podido vencer al quinto clasificado de Sudamérica (Perú), a los últimos tres del continente (tres veces a Bolivia, dos a Paraguay y uno a Venezuela) y al ubicado en el puesto 74 del actual Ranking FIFA (El Salvador).
Han pasado tres técnicos desde que Chile volvió a jugar tras la pausa por el Covid-19 (Rueda, Lasarte y Berizzo). Casi una treintena de partidos, una eliminación mundialista que no tiene por donde revertirse -ni en el TAS- y un inicio de proceso que, hasta ahora, registra dos derrotas en dos partidos, sin goles a favor y un inmenso manto de dudas por un futuro que, por lo mostrado hasta el momento, no se ve para nada esplendoroso.