Contrario a la creencia popular, el vino tinto no tiene ningún beneficio para la salud. De hecho, según un estudio reciente de la Universidad de Harvard, el consumo de bebidas alcohólicas es considerado un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares.
“La gente debería entender claramente que el alcohol está relacionado a varios problemas cardiacos”, señaló la doctora y profesora de Salud Femenina de la Facultad de Medicina de la entidad JoAnn Manson. “El mensaje que pueden haber oído de que el alcohol es bueno para el corazón fue desmentido. Es un mito”.
Según la experta, este causa un estrechamiento de las arterias carótidas y coronarias, lo que puede provocar un ataque o un infarto de miocardio, eso sin considerar que el consumo de este tipo de bebidas está relacionado a al menos 230 enfermedades distintas.
¿Qué consecuencias tiene beber alcohol para nuestra salud?
Según la doctora JoAnn Manson de Harvard, consumir bebidas alcohólicas aumenta considerablemente las probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares como hipertensión, fallas cardiacas, infartos, cardiomiopatía, aneurismas aórticos, fibrilación arterial, entre otras.
Además, se ha conseguido demostrar que su consumo a largo plazo es un factor de riesgo para el cáncer de mamas, hígado, garganta, esófago y boca, entre otros.
En cuanto a riegos, se estima que las mujeres están más expuestas a contraer enfermedades relacionadas a la bebida que los hombres, esto debido a que “las mujeres metabolizan el alcohol más lentamente que los hombres y, generalmente, pueden tolerar solo cerca de la mitad del alcohol que los hombres antes de enfrentar efectos adversos”.
¿Cuánto alcohol es seguro beber? ¿Hay algún tipo que sea más saludable para el corazón?
De acuerdo a la experta, no existe ninguna bebida alcohólica que tenga beneficios para la salud, a pesar de la creencia popular. El llamado de la doctora Manson desde Harvard es a que quienes beban alcohol lo hagan con moderación, y que no lo hagan pensando en que es beneficioso para el corazón.
El llamado a la precaución es principalmente para quienes sufran de hipertensión, tengan riesgos de contraer enfermedades cardiacas, y para las personas que hayan sufrido o tengan antecedentes familiares de cáncer de cualquier tipo.