Opinión

Columna de Danilo Díaz | Los Piratas nunca fueron bienvenidos

“Decir que la U recobró el prestigio no es una exageración. En definitiva, más allá de un resultado puntual, la impresión es que los azules vuelven a jugar como un equipo grande”.

Universidad de Chile y Coquimbo Unido
Universidad de Chile y Coquimbo Unido animaron un entretenido empate en el Estadio Nacional. Foto: Agencia Aton. (ANDRES PINA/PHOTOSPORT)

La mesa estaba servida, pero el problema es que el pato de la boda salió bravo y tiró el mantel. El Estadio Nacional repleto, con 45 mil espectadores, y la derrota de Deportes Iquique ante Universidad Católica daban la posibilidad a Universidad de Chile de aumentar su ventaja en el liderato del torneo de Primera División. El problema es que al frente se encontraba Coquimbo Unido, un cuadro que posee un diseño, una estructura y de ahí no se mueve.

El empate 1-1 entre azules y piratas respondió a lo que se apreció en Ñuñoa. La U sabía que le cederían el terreno, que la esperarían en tres cuartos de cancha y que ahí vendrían las dificultades. El conjunto de Fernando Díaz tenía claro que si recibía un gol debía mantener el orden y evitar la tentación de ir en busca de la igualdad y dejar esos espacios que los rápidos extremos de Gustavo Álvarez suelen aprovechar.

La revisión de los apuntes mostraba escasas situaciones de riesgo en el primer tiempo. El doble lateral derecho que conforman Dylan Escobar y Cristopher Barrera cerró los caminos a Marcelo Morales, complicó a Leandro Fernández y dejó a Israel Poblete maniatado por Dylan Glaby. En la otra franja, Benjamín Chandía le dio una mano a Sebastián Cabrera en la disputa con Fabián Hormazábal y Maximiliano Guerrero, que por largos pasajes ocupó el carril de interior. Sebastián Galani cumplió la tarea de auxiliar en ese sector del campo.

Luciano Pons rompió su sequía al anotar de cabeza un buen centro de Fernández. El arquero Diego Sánchez salió mal y facilitó la ejecución del argentino. Universidad de Chile se retrasó, tal como lo explicó Álvarez en la rueda de prensa, entregó el campo y no se defendió con la pelota, que es la idea matriz de su entrenador. Federico Mateos, que ingresó por un lesionado Marcelo Díaz, e Israel Poblete no lograron bajar el ritmo al juego.

U. de Chile vs Coquimbo Unido
U. de Chile vs Coquimbo Unido. Agencia Aton (MARCELO HERNANDEZ/PHOTOSPORT/MARCELO HERNANDEZ/PHOTOSPORT)

El pecado de la U fue entrar en esa refriega que propone Coquimbo Unido, un cuadro muy físico, que busca por los costados, dispone de Andrés Chávez, un 9 chocador y experimentado, y la batuta de Luciano Cabral. El 10 aurinegro fue el mejor de la cancha, la pidió siempre, no eludió la fricción, encontró siempre un lugar para recibir libre y manejó cada maniobra ofensiva de su equipo. Con su técnica casi vence a Gabriel Castellón en un remate de compleja ejecución y sobre el final puso un pase de manual a Nicolás Johansen, apurado por el achique del golero laico.

La igualdad de Chávez, luego de un error de Franco Calderón (quedó corto en un despeje de cabeza en un lateral largo), no fue un despropósito para el trámite. Fernando Díaz movió su banca con oficio en el tramo final e incluso apostó por Chávez y Johansen para buscar el empate, sumando a Alejandro Azócar por Barrera y Martín Mundaca por Chandía. En el cuadro del “Nano” abunda la confianza, saben a lo que juegan y batallan, como fue la tradición coquimbana. Costará ganarles.

En la U la sensación es que dejaron una victoria que parecía casi sentenciada, aunque en el desarrollo del cotejo las dificultades fueron grandes. Con seguridad, Gustavo Álvarez entiende que después de este buen inicio, donde son punteros con 20 puntos sobre 24, los rivales tomarán otras precauciones. Decir que recobró el prestigio no es una exageración. En definitiva, más allá de un resultado puntual, la impresión es que los azules vuelven a jugar como un equipo grande.

No es poco después de tantas vicisitudes...

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