Diferentes marcas de alta gama a nivel mundial se han enfrentado a una compleja situación económica debido a los cambios de patrones de consumo y la nueva realidad económica, tomando así acciones para prevenir su quiebra, como la compra de Versace por parte de Prada.
Así está ocurriendo con uno de los íconos más reconocibles del lujo británico, Burberry, la que recientemente tomó la decisión de despedir a 1.700 empleados como una estrategia para adaptarse a la nueva forma de demanda de productos y evitar irse a la bancarrota.

Burberry anuncia el recorte de 1.700 empleos en todo el mundo
De acuerdo a lo informado por América Retail, el recorte que realizará Burberry forma parte de una estrategia liderada por su consejero delegado, Joshua Schulman, quien busca “reorientar la empresa en un contexto donde la competencia es feroz, la presión de los costos aumenta y las expectativas de los accionistas exigen resultados sostenibles en aquellos segmentos donde la marca puede mantener su exclusividad y diferenciación”.
La eliminación de estos empleos refleja una tendencia en la industria del lujo donde la automatización, la digitalización y la optimización de procesos internos son imprescindibles para reducir costos y mantener la competitividad frente a compañías que han sabido aprovechar los avances tecnológicos y las nuevas formas de consumo.
Según informó el medio mencionado, la mayoría de las reducciones de personal afectarán áreas administrativas y de back office, que en muchas empresas de lujo representan una parte significativa del gasto operativo, pero también esta decisión supone un impacto psicológico en la cultura corporativa y en la percepción externa de la marca, que debe gestionar con sensibilidad y comunicación eficaz.
Además, con esto también buscan ganar agilidad operativa y liberar recursos que puedan ser redistribuidos hacia áreas que ofrecen mayores oportunidades de crecimiento y valor añadido, como la innovación en productos, la expansión digital y la expansión en mercados emergentes.
De esta forma, se pretende ahorrar más de 70 millones de euros anualmente hasta 2027.