Si eres fanática o fanático del cuidado facial, e incluso si no lo eres, seguramente ya has escuchado hablar del skincare coreano. Una tendencia que se volvió viral en redes sociales y que hoy tiene a miles de mujeres usando elementos de la ancestral y recomendada belleza asiática.
Lo que ofrece el tan famoso K-Beauty es una batería de productos diseñados específicamente para revitalizar la salud de la piel y mantener una dermis de ensueño, libre de lesiones cutáneas, más tersa y luminosa. Todo esto, con la promesa de no sobrecargar nuestro cutis.
Más allá de lo superficial que podría ser hablar y gastar mes a mes en belleza, lo cierto es que este movimiento impulsa hábitos centrados en nuestro bienestar, que pueden ser igual de importante, como son la alimentación y el deporte. Incluso, casi como un estilo de vida que tienen presente los coreanos desde que nacen hasta que mueren.
¿Este hábito podrían adquirirlo las chilenas? Según la Cámara de la Industria Cosmética de Chile (CASIC) durante el 2024 aumentó el consumo de este tipo de productos en casi un 11,6%, netamente impulsado por la compra de protectores solares de origen asiático.

Más que una moda: El auge del skincare coreano
Nicole Badrie, cosmetóloga chilena y experta en skincare coreano, asegura a En La Hora que el origen de este fenómeno comienza a tornarse tendencia debido a que estamos interesados en cosas diferentes y otras formas de arte dentro de la cultura asiática como el K-pop, los doramas y la gastronomía.
“Hoy en día, más mujeres están interesadas en verse bien, pero también en sentirse bien, y este tipo de cosmética promueve eso. También influye el acceso a la información: redes sociales, series coreanas, y la visibilidad de pieles reales con resultados alcanzables”, explicó.
En esa misma línea, Badrie aseguró que las chilenas se dejan influenciar por los estereotipos de belleza, impulsadas precisamente por esta industria que luce y potencia a mujeres con una piel tersa, casi sin imperfecciones, blanca y muy cuidada.
Eso sí, según su experiencia atendiendo a diversas chilenas, existe una gran diferencia, ya que no todas buscan este resultado. “El público quiere acercarse a ese ideal estético coreano que se ve tan natural, limpio y cuidado. Aunque no todas buscan parecer coreanas, sí existe admiración por la constancia y disciplina con la que se cuidan la piel, algo que muchas personas están incorporando en sus propias rutinas”, añadió.

En ese sentido, y según la experta, son las chilenas las que han adaptado el skincare coreano a una rutina facial más criolla, donde prima mantener un pH equilibrado, reparar la barrera cutánea de la piel y hacer uso de forma casi religiosa del bloqueador solar.
“Su base científica funciona para todos los tipos de piel. Eso sí, se nota que no está pensada para nosotras en todo: por ejemplo, las bases de maquillaje suelen ser muy claras, lo que refleja una falta de adaptación cultural y de tonos”, agregó la cosmetóloga.
Skincare coreano V/S marcas tradicionales
Más allá de las tendencias, lo cierto es que las chilenas están prefierendo invertir en productos coreanos por varios aspectos. Entre ellos, la relación precio-calidad, uso de ingredientes activos de origen natural en su composición, mayor tecnología y los resultados visibles a través del tiempo.
Muchas de estas características no se veían en marcas más tradicionales como L’Oréal, Cerave y La Roche-Posay, que si bien hoy por hoy se han modernizado y son aprobadas por dermatólogos, suelen ser excesivamente costosas o están diseñadas para un tipo de piel en específico, como también, para el tratamiento de alguna lesión en la dermis.
“Estas categorizan sus productos en ‘piel grasa’ o ‘piel seca’ y si el diagnóstico es incorrecto, los daños pueden ser mayores. La cosmética coreana ofrece soluciones más universales, y con resultados visibles, sin necesidad de una inversión excesiva”, señaló Nicole Badrie.
Si hacemos el ejercicio comparativo en precios, un suero facial de La Roche Posay tiene un valor comercial superior a los $42.000 en Chile, mientras que el mismo producto de la marca coreana Beauty of Joseon se puede adquirir por solo $19.000. Asimismo, un gel de limpieza profunda Vichy tiene un costo de $25.000 a diferencia de los $14.000 que cuesta un limpiador similar de Anua.

Además de la abismal diferencia en valores, y tal como ya lo habíamos adelantado, los productos asiáticos tienen en su composición ingredientes que son nativos o propios de su cultura como la Centella Asiática que destaca principalmente con sus propiedades antiinflamatorias, cicatrizantes y calmantes para pieles sensibles o con rosácea. A ella se suma la Baba de Caracol, un potencial regenerador que mejora la textura de la piel y ayuda a disimular manchas y líneas de expresión, siendo un perfecto aliado para mujeres maduras.
“La formulación coreana es más liviana, menos agresiva y con mayor innovación en ingredientes naturales y tecnología. En Corea se investiga constantemente, se lanzan nuevos productos cada pocos meses y se escuchan mucho las necesidades reales del consumidor. Es un enfoque más proactivo y menos reactivo”, explicó Nicole Badrie.
Algunas modas solo pasan de moda. Sin embargo, cuando una tendencia cumple con lo que promete, y por sobre todo, se adapta al bolsillo de cada persona, suele perdurar en el tiempo. Es más, el K-Beauty ahora no solo contempla el cuidado de la piel, sino que también se ha expandido a la industria del maquillaje donde, incluso, ha desplazado a líderes históricos en el área.