En 2010 comenzó a funcionar uno de los principales mecanismos de autenticación digital en Chile. Se trata de la ClaveÚnica, una identidad electrónica que revolucionó el concepto de realizar trámites en el país y que, ahora, cuenta con más de 15 millones de usuarios activos.
Esta credencial digital, que se adquiere desde los 14 años, permite acceder de manera online a diferentes servicios y beneficios que entrega el Estado y sus instituciones. Por esto, y debido a su importancia y a que cerca del 92% del país la utiliza, este instrumento se ha vuelto altamente vulnerable a la suplantación de identidad, fraudes financieros y uso indebido de los datos, entre otros.
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Revisa cómo puedes cuidar tu Clave Única y no ser víctima de delitos
Desde el inicio de sus operaciones, hace 15 años, la ClaveÚnica ha logrado multiplicar su red de usuarios y facilitar el proceso de trámites y obtención de servicios estatales.
De acuerdo al CEO de la empresa de gestión electrónica IDOK, Marcelo Mora, “muchas personas aún creen que la ClaveÚnica sirve solo para ciertos trámites del Estado, sin entender que representa su identidad digital. Al no dimensionar su importancia, se generan brechas que facilitan delitos informáticos”.
Frente a este escenario, Mora señala que “el problema no es la tecnología, sino cómo la usamos. Necesitamos generar mayor conocimiento y responsabilidad digital para que las personas sean la primera línea de defensa de su información”.
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Mora enfatiza en que la ClaveÚnica no se debe compartir con otros, o utilizarla para acceder a plataformas no verificadas, ya que esto permite que desconocidos accedan a información sensible y la utilicen sin autorización.
En esa línea, alerta que algunas empresas hacen que “las personas se autentifiquen con Clave Única, pero no en un portal oficial en convenio con el Registro Civil. En su lugar, les solicitan la clave y la digitalizan por ellas, exponiendo así los datos a procesos intermedios que no cumplen los estándares de seguridad”.
Por lo anterior, enfatiza en que es necesario que se verifique el origen de cada sitio web que solicite estos datos y, sobre todo, es indispensable activar los mecanismos de doble autenticación, siempre y cuando sea posible.