Indignación existe por estos días en Argentina, luego que se diera a conocer un caso de abuso policial, en el que una agente esposara a una enfermera que atendía a un paciente, y todo por no darle prioridad a los agentes de la ley con un procedimiento de una persona en estado de ebriedad.
El caso ocurrió en la localidad bonaerense de Longchamps, donde una pareja de policías llegaron hasta el hospital de la zona con una persona en estado de ebriedad, detenida por desordenes públicos. En ese lugar, la uniformada que llevaba al infractor le exigió a la enfermera Claudia Loto que le sacara al detenido sangre y una muestra de orina, pero ella no tenía autoridad para hacer eso.
"Le sacó las esposas al detenido para colocármelas a mí, si el preso no huyó fue porque no quiso", dijo la enfermera.
Con licencia médica
Loto, quien dejó de atender a sus pacientes, pedía que no la agente no la tironeara, ya que sus muñecas se estaban hiriendo, pero la policía hacía oídos sordos. Todo esto ocurría mientras los colegas de la enfermera y las personas que esperaban por atención médica desaprobaban el actuar, y grababan la situación.
"Me estoy recuperando en la parte cardíaca. Me hipertensé y tengo lesiones en las manos. Ayer estuve internada todo el día para hacerme un chequeo cardiológico. Tengo que moderarme en la parte emocional y cardiológica porque tengo que seguir trabajando", agregó la mujer con más de 30 años al servicio de la salud.
Luego de 30 minutos, y por la presión de los testigos, la policía soltó a Loto, quien debió pedir licencia médica por la estresante situación. De la uniformada solo se indicó que alegó que fue insultada y golpeada, y que por eso reaccionó de esa forma, descripción que no se ve en ningún momento de la grabación.