Cuando queremos mucho a alguien, tendemos a abrazarlos para demostrarle nuestro amor. Sin embargo, al imitar este comportamiento hacia nuestro perro, la verdad es que estamos afectándolo negativamente.
¿Por qué? Pues eso es lo que te contaremos hoy, dado que te traemos la verdadera razón por lo que no deberías hacerlo. O al menos, no tan seguido y solo de vez en cuando.
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¿Por qué no debo abrazar a mi perro?
Según explica el experto en comportamiento canino, Ricardo Valdivia (o 4EverDogs), abrazar a nuestro perro, a diferencia de lo que significa cuando lo hacemos a otros humanos, para ellos este comportamiento es una muestra de dominancia. ¿A ti te gusta que te sometan? Pues bien, a él tampoco.
De hecho, para exponer que esto es efectivamente así, basta con mirar la reacción de nuestra mascota al hacerlo. Si mira hacia el lado contrario a ti o arriba con labios apretados, es porque está evitando el contacto visual contigo, una clara señal de estrés.
Por el contrario, los que son más sumisos se encogerán sobre sí mismos para demostrarte que, efectivamente, está siendo dominado por ti. Claro, otro comportamiento que lo demuestra es cuando trata de escaparse del abrazo.
Eso es sumamente peligroso, pues si nuestro compañero peludo se levanta de malas un día y decide que no está de ánimo para tolerar tu comportamiento, probablemente intentará morderte y puede esto terminar en graves accidentes.
De todas maneras, entendiendo que somos humanos y nos gusta demostrar nuestro amor a través de abrazos, no pasará nada si lo haces de vez en cuando, pero el problema radica en cuando esto se transforma en una costumbre, especialmente en niños pequeños.
El experto explica además que si quieres demostrarle tu cariño de una forma en la que tu perro entienda, lo mejor son las caricias, ya que ellos también lo hacen en su estado natural entre los miembros de su manada, así como también los golpecitos suaves a modo de juego.
