Matías Caruzzo llegó a Universidad de Chile en enero del 2014 proveniente de Boca Juniors, con un importante cartel a su haber. Se suponía que sería el pilar de la defensa del cuadro que era dirigido por Marco Antonio Figueroa, pero pese a firmar por dos temporadas y media, partió tras solo seis meses, debido a una situación familiar.
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El trasandino, hoy de 35 años, milita en Argentinos Juniors y asegura que está viviendo sus últimos meses como futbolista, todo esto en medio de la crisis sanitaria y los recuerdos de su paso por el elenco laico, donde pese a lo poco que jugó, dejó buenos recuerdos, los que revive en diálogo exclusivo con En Cancha.
Llegaste desde Boca con el objetivo de cumplir tu primer desafío en el extranjero. ¿Por qué optaste por la U?
“Yo llevaba tres años y medio en Boca. Me quedaban seis meses y me plantearon quedarme una temporada más, pero yo soy de pensar que hay ciclos que se cumplen. En medio de todo esto, aparecieron algunas opciones, entre ellas la de la U. Mi deseo era ir a Chile y conocer el club, no solo por comentarios que me hicieron compañeros que conocían el club, sino también por lo que yo escuchaba y leía. Me gusta mucho Santiago y era interesante conocer una nueva cultura. En lo deportivo, era el momento para cambiar”.
Solo estuviste seis meses. ¿Qué evaluación haces de ese período?
“Creo que arranqué de buena manera, hicimos una Copa Libertadores en la que logramos 10 puntos y no clasificamos, lo que es una pena, porque San Lorenzo, que fue el campeón ese año, se clasificó con ocho. Es algo insólito y me quedó en el recuerdo. Nos quedamos afuera por diferencia de gol”.
Las causas de una rápida salida
Mucho se habló de las razones de tu partida. ¿Qué pasó que estuviste tan poco tiempo?
“Fue todo estrictamente familiar. Yo había firmado por dos años y medio con el club, con la idea de conocer a mis compañeros, acoplarme a la idea del técnico y luego empezar a disfrutar, porque cuando eso pasa, las cosas después fluyen y salen bien. Mucho se habló que mi salida tenía que ver con el tema de los movimientos sísmicos que hubo, pero hay otras cuestiones familiares, que no vienen al caso mencionar, que provocan que me devuelva a Buenos Aires. Incluso, recuerdo que cuando dije esto a Sabino Aguad, ellos me quisieron retener, porque llegaba Martín Lasarte, quien también quería que me quedara”
¿Era imposible solucionar al problema?
“Pude haber ido al América de México, que era algo muy seductor, pero tampoco tomé esa opción por este motivo familiar, que creo que también me jugó un poco en contra en lo deportivo. Mi cabeza estaba en otro lado y no pude disfrutar de lo que estaba haciendo, que era jugar en un club maravilloso, con una infraestructura espectacular. La U es un club grande y con hinchas muy pasionales, lamentablemente, fue el único club donde estuve tan poco tiempo y no pude conseguir un título”.
Queda la clara impresión que te sientes en deuda por no haber logrado algo importante en el club
“Sin duda que sí. Había buen plantel y el técnico que llegaba, Martín Lasarte, yo sabía quién era y me habían comentado cómo trabajaba, que tenía las cosas muy claras. De hecho, al semestre siguiente, salen campeones y recuerdo que los chicos me mandaban fotos, porque quedé con contacto con ‘Pepe’ Rojas, Johnny Herrera y Lucho Marín, entre otros. Se veía venir que se podía lograr algo. Yo sé que cuando vas a un club, al jugador se lo recuerda por si ganó un título o no, por eso, quizás la pena que tengo de no haber estado medio año más y ganar un título”.
La relación con el Fantasma Figueroa y los consejos a Patricio Rubio
Mucho se dijo de los conflictos que pudiste tener con Marco Antonio Figueroa. ¿Pasó algo con él?
“Yo estoy más grande y siempre pensé esa situación. Él dio una charla en la que dijo que prefería traer un jugador en otra posición, porque estaba cubierto atrás. Pero no fue en contra de mi fichaje. Luego de eso, hubo una reunión, porque los muchachos pensaron que era bueno hablarlo todos con el cuerpo técnico para aclarar el tema. Después, se jugaron uno o dos partidos y él se fue. No te puedo hablar de relación, porque no la tuve y menos si fue buena o mala, ya que no cruce palabras con él”.
¿Qué jugadores con los que compartiste en esos seis meses te llamaron la atención en la U?
“El que más me llamó la atención era Pato Rubio. Yo hablaba mucho con él. Tiene una manera de manejarse muy distinta a la mía y quería tratar de llevarlo a que entendiera que con las condiciones que tenía para jugar al fútbol, podía marcar una gran diferencia. Pero a eso, debía sumarle varias otras cosas fuera de la cancha. Sin ir más lejos, él se va a México. Por algo lo iban a ver. Otro que me gustó, y que luego se fue a Portugal era Igor Lichnovsky. Un jugador muy capaz”.
Contactado por la UC, pero…
Después de irte de la U conseguiste títulos importantes con San Lorenzo y Central. ¿Hubo alguna chance de volver al club o al fútbol chileno?
“Yo llegué de la mano de Andrés Lagos, con quien tengo hasta hoy una muy buena relación y hay una anécdota: cuando gano la Copa Argentina con Central, hago una nota en la que hablo de que en todos los clubes donde había jugado fui campeón. Andrés me manda un mensaje diciendo ‘acá viniste y no fuiste campeón’. Entonces, me quedó la bronca. Pude salir campeón en todos los clubes que jugué en Argentina, lo que es muy importante para mí, pero en la U no pude hacerlo, que era lo que quería. De otros clubes, hubo algún contacto. Me llamaron de Católica, pero no. Ni ahí ni en Colo Colo jugaría, por respeto a la U”.
Tienes 35 años y dijiste que estás en la etapa final de tu carrera. Pero si te llama la U, ¿volverías?
“Dejemos claro que, como opción, me encantaría, por todo lo que hablamos antes. Pero llevado a mi realidad actual, debo decirte que sería muy difícil, ya que siento que estoy en la última etapa de mi carrera. Termino en junio del próximo año mi contrato con Argentinos y ahí decidiré si sigo jugando”. https://www.instagram.com/p/CAsygN7nr1Y/