Entrevistas

"El hincha de la U es muy fanático, me reconocen, pero me dicen que la cagué por irme a Colo Colo"

Fabián Guevara, exlateral izquierdo de Universidad de Chile y Colo Colo, rememoró sus etapas por las instituciones más grandes del fútbol chileno en la previa a la edición 190 del Superclásico.

En 1996, el fichaje de Fabián Guevara a Colo Colo provocó un escándalo en el fútbol chileno. En ese entonces, el lateral izquierdo arribó al Monumental proveniente de Monterrey y dejó atrás su etapa en Universidad de Chile, donde se ganó el cariño de la fanaticada azul por su labor en el plantel que se coronó campeón del Campeonato Nacional de 1994, después de 25 años de sequía en el cuadro estudiantil laico.

Su fichaje por el "Cacique" causó repercusión en la década de los 90. Por ello, En Cancha dialogó en exclusiva con Fabián Guevara, 25 años después su llegada a Macul y previo a la edición 190 del Superclásico, que se disputará este domingo en El Teniente de Rancagua, desde las 16:30 horas.

¿Por qué cree que los hinchas de la U sufrieron tanto con su llegada Colo Colo?

Llegué a Universidad de Chile en 1992. Le ganamos a Colo Colo en el Nacional e hice un gol en el Monumental cuando empatamos 1 a 1. Estuve hasta 1994 y Arturo Salah me llevó a Monterrey, después vine de vacaciones en 1996 y la U estaba jugando la Copa Libertadores. Fui al Estadio Nacional, pero para ver el partido solamente. Ahí empezó a correr el rumor que quería volver a la U y todavía tenía contrato con Monterrey.

¿Cómo terminó convirtiéndose en jugador de Colo Colo?

A mí me llamó Jorge Vergara y me preguntó si quería venir a Colo Colo. Yo le dije que Mirko Jozic, que estaba en el América, me quería llevar para allá. En ese tiempo, Monterrey me tasó casi en cinco millones de dólares, muchísima plata para la época. Después hablé con Peter Dragicevic y él me llevó a Colo Colo.

¿Siente que en su momento los hinchas de la U lo consideraron una traición?

El hincha de la U tiene un buen recuerdo de los campeones de 1994. Eran 25 años sin ser campeón y pasamos a ser ídolos de la hinchada. Pusimos la primera piedra para lo que es Universidad de Chile hoy en día, antes no tenía nada. La gente nunca va a olvidar lo que hicimos en ese Campeonato. Muchos papás le pusieron nuestros nombres a sus hijos por lo que hicimos en 1994.

El hincha de la U es muy fanático. Hasta el día de hoy me encuentro con hinchas en la calle y que me reconocen que fui un gran jugador, pero me dicen que la cagué por irme a Colo Colo. Todos creen que salí de la U, pero yo salí de Palestino.

¿Cómo fue el recibimiento de los hinchas de Colo Colo?

En esos años los entrenamientos eran con público. Estábamos acostumbrados a entrenar con más de mil personas. Unos me daban apoyo y otros me gritaban que era chuncho y que tenía que darlo todo por Colo Colo. Después, debuté ante Deportes Concepción en el sur y me hicieron el penal, después ante Osorno hice el gol del triunfo. Me fui ganando la hinchada, jugué casi todos los partidos como titular y fuimos campeones. Se dieron cuenta que lo di todo en Colo Colo.

¿Cree que en la U lo reconocen poco por el título de 1994 por su etapa en Colo Colo? Era el titular indiscutido...

La U nos hizo un homenaje antes de la pandemia, el presidente era José Luis Navarrete. Nos homenajearon en el Mall de Plaza Egaña, hicieron una película de la U campeona de 1994, se llamaba "Campeones por siempre" y fuimos la mayoría de los jugadores, hasta Rogelio Delgado, que llegó de Paraguay. Solo faltó Marcelo Salas y Raúl Aredes. Nos regalaron una camiseta.

Después de 1994, la U salió campeona muchas veces y nos seguimos juntando. Nosotros pusimos la primera piedra para lo que hoy día es la U. Converso con (Esteban Valencia) "Huevito" y con Sergio Vargas. A nosotros no nos pagaban, no teníamos agua caliente y nuestro camarín era un container, nos sobrepusimos a todo eso. Peleábamos contra Universidad Católica, era un Lamborghini contra una Citroneta. Teníamos mucha personalidad y el grupo estuvo muy unido. Lo importante es el cariño que te entrega el hincha, las instituciones se olvidan de los jugadores.

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