El pasado fin de semana diferentes zonas del país sufrieron horas trágicas producto del desborde de ríos producto del temporal que azotó principalmente la zona centro sur del país. El fútbol no está alejado de la crisis, sin ir más lejos, O’Higgins de Rancagua ha debido movilizarse por su arquero Luis Ureta, que vive un complejo momento luego de que su familia lo perdiera todo.
Después de recibir un llamado de sus padres, Ureta tuvo que movilizarse hasta la localidad de La Chimba, cerca de Rengo, debido a que el río Claro comenzó a arrasar con las casas aledañas. Al momento de llegar junto a su esposa el panorama era desolador, pues lo habían perdido todo.
En conversación con Las Últimas Noticias, Macarena Aqueveque, esposa de Ureta, describió la situación: “Habían perdido todo. Incluyendo cocina, televisor, etcétera. Nosotros llegamos y ya no se podía pasar a las casas. El río venía calle abajo, si intentabas acercarte a las casas, el agua te empujaba hacia afuera”.
Lo peor para el guardameta vino después. “Mi suegro no se quería ir sin sus mascotas y Luis tuvo que meterse, con el agua hasta el cuello, para rescatar a la perrita que se había subido al techo. Pero no pudo sacar a los cachorritos ni a los gatos porque el río arrasó con todo”, explicó.
La situación de la familia del arquero es la misma que vivieron 10 familias más en el sector. Además de él, cuatro jugadores del fútbol formativo celestes sufrieron con las anegaciones en el sector de Coltauco, a raíz de esto, el club ya se movilizó con una campaña que irá en ayuda de los futbolistas, además de una donación privada.
El compromiso de Ureta
La situación ha golpeado muy fuerte anímicamente al arquero suplente del ”Capo de Provinicia” que vio como la casa donde se crió y que ayudó a remodelar hace poco tiempo se destruyó. Además, Macarena describe que Ureta se encuentra preocupado por la situación de sus padres pero también de su abuelo, quien había juntado un monto considerable de dinero en efectivo para su tratamiento contra el cáncer que ahora perdió.
De todos modos, nada de esto ha impedido que el arquero siga cumpliendo con sus deberes en O’Higgins, donde lejos de pedir permiso para ayudar a su familia en esta semana de reconstrucción, buscará acoplar los tiempos para entrenar en la mañana y trabajar en la casa durante la tarde.
“Por suerte no ha llovido de nuevo y han podido avanzar rápido limpiando escombros. Luis está full enfocado con la adrenalina de pararse de nuevo. Mucha gente lo quiere porque es un buen muchacho y porque viene desde muy abajo. Sus papás se quedaban sin comer para compararle los zapatos para entrenar”, concluyó Macarena.